Los cojines pueden tener diversas funciones. Una de ellas sería, naturalmente, la de contribuir estéticamente en el conjunto. Se trata por tanto de un artículo decorativo por excelencia. Pero no podemos olvidar su función puramente práctica. ¿Quién no echa mano de ellos para recostarse plácidamente mientras lee un libro o ve la televisión? Incluso nos pueden proporcionar comodidad cuando nos sentamos en el suelo o en estructuras menos confortables.
Para una decoración clásica o para ambientes más atrevidos
En cuanto a la elección, si prefieres la decoración clásica, las combinaciones de cojines hechas con telas de seda, chenille y terciopelo logran crear un conjunto elegante. También las mezclas de estampas en brocados, flores y rayas son eternas en este tipo de ambientes. Saber armonizar colores, acabados y formas es fundamental.
Por otro lado, para ambientes más rústicos o atrevidos se pueden utilizar las estampas que imitan la piel de los animales, un punto muy exótico. Para mantener el equilibrio, mezclaremos los cojines hechos de estas telas con otros de colores lisos que no recarguen demasiado la visión.
Para espacios más informales, alternativos o ambientes juveniles, se pueden combinar cojines de colores fuertes, con formas novedosas y materiales alternativos. Las dimensiones varían de acuerdo con el sitio al que se destinan. Sobre camas y sofás las medidas estándar son de 40×40 o incluso de 50×50, mientras que en el suelo se suelen utilizar de 70×70, destinando los más pequeños a la ornamentación de pufs.
Mantenimiento de los cojines
La limpieza es un punto importantísimo debido a que los cojines suelen ser un lugar escogido por el polvo para acumularse. Hay que limpiarlos con aspirador con frecuencia y lavar las fundas cada cierto tiempo. Resumiendo, los cojines pueden ser una pieza fundamental en el ambiente, donde deberán encajar estéticamente con el resto de tejidos empleados en la estancia, como cortinas, alfombras o el tapizado de los sofás y sillones.