Descansar bien es fundamental para rendir durante el resto del día. No se trata únicamente de dormir muchas horas, sino de que el sueño sea de calidad, reconfortante y reparador. Afrontar la mañana con energía tras una noche de descanso. La decoración puede influir en todo ello. El feng shui cuenta con unas directrices claras encaminado a ello pero hoy vamos a hablar de la decoración en general, de cómo los colores, la luz y los objetos pueden influir en nuestro descanso.
La decoración del dormitorio
Así pues, todo lo que coloques en tu dormitorio puede afectar al sueño, para bien o para mal… Por ejemplo, no es aconsejable que dejes objetos relacionados con el trabajo o los estudios en la habitación donde buscas el máximo descanso. Nada de libros ni de apuntes ni, por supuesto, ordenador o televisión. Todo ello hará que descanses mucho peor.
Los colores
La cromoterapia contribuye a diseñar ambientes que estimulan la relajación. Colores como el blanco, los beiges, marfiles, cremas y los tonos pastel ayudarán a que tu cuerpo y tu mente entren en un estado de calma; por el contrario, otros como los rojos o naranjas pueden alterar ese descanso porque son los que potencian precisamente la energía y estimulan la actividad del cerebro. Son buenos para despachos, pero no para dormitorios. Los colores claros, además, son más luminosos, y eso hará que el ambiente sea muy acogedor y agradable. Puedes incluir colores más fuertes en algunos detalles.
Temperatura y humedad
Son dos factores que afectarán a tu correcto descanso. La temperatura ideal para dormir plácidamente y recuperar fuerzas deberá estar entre los 18 y los 22 grados. Es mejor incluso que tire hacia fría que hacia caliente. La humedad, por su parte, deberá oscilar entre valores de 50% al 70%. Si el ambiente es demasiado seco no podremos respirar muy bien.
La cama
Cada persona es mundo respecto a las camas y los colchones pero, en general, lo mejor es que la cama sea rígida, que no haga ruido, que no sea tampoco muy dura. En cuanto al colchón, será transpirable, que haga que el calor se disperse y mantenga el cuerpo en una correcta postura durante la noche. La almohada es fundamental para descansar. Si deja que la cabeza esté alineada con el cuello y no es demasiado blanda será la que mejor te haga dormir. Aunque, como decimos, es algo muy personal.
Las paredes
La decoración que incluyas en tus paredes ha de desprender serenidad y sosiego, por ejemplo, la caligrafía japonesa estabiliza los entornos. También puedes poner una foto bonita que te traiga buenos recuerdos, pero evitando siempre llenar las paredes de demasiadas cosas, el espacio debe estar lo más despejado posible para que el cerebro se sosiegue con todo lo que le rodea y sea capaz de hacer lo que debe hacer en esa habitación: descansar.
El orden
Parece una obviedad, pero no somos conscientes de la incidencia que el desorden tiene en nuestro descanso. Si la habitación está ordenada trasmitirá mucha más paz, mucho más equilibrio, y eso redundará finalmente en un sueño más reparador y de calidad.
La iluminación
Hay quien duerme mejor totalmente a oscuras y quien no puede dormir de esta forma. Lo cierto es que la oscuridad favorece la llegada del sueño y su mantenimiento y, por eso, es importante colocar cortinas y persianas que hagan que se pueda regular; si entra demasiada luz por la mañana, por ejemplo, tu cerebro entenderá que es de día y que debe activarse, aunque todavía quede un rato hasta que vaya a sonar tu despertador.
Qué evitar en el dormitorio
Si quieres descansar y dormir bien todas las noches, evita poner un espejo enfrente de la cama, luces sobre ella, aparatos electrónicos y olores demasiado fuertes.