El estilo nórdico es uno de los más populares del momento. Lo es desde que IKEA se expandió para convertirse en una de las principales multinacionales del mundo. Los suecos nos trajeron su estilo de decoración y el de sus vecinos, el escandinavo, y a nosotros nos ha gustado tanto que nos lo hemos llevado a casa. Es cierto que en parte lo hemos hecho porque sus propuestas son asequibles económicamente hablando, pero no podemos negar que con el paso de los años nos hemos ido enamorando perdidamente.
Luz y limpieza en todos los rincones
Creo que no hay estilo decorativo que no apueste por un buen chorro de luz, ya sea natural o artificial. A no ser que quieras crear un ambiente relajado y romántico, lo más lógico es que sea una buena idea subir las persianas y dejar que entre la luz desde la calle. Eso o encender todas las lámparas habidas y por haber, porque el de la iluminación es uno de los principios más sagrados del estilo nórdico.
A la par le sigue el tema de la limpieza, así que no deberías subirte al carro si eres de los que van amontonando papeles, bolsas y todo tipo de objetos que con el paso del tiempo crean una montaña similar a la del Everest (incluso cordilleras como la del Himalaya si te aproximas a lo que se conoce como síndrome de Diógenes). Debes mantener el orden con la mayor disciplina posible, haciéndote amigo de los cajones, de los estantes y de todo tipo de muebles y accesorios que te puedan echar un cable a la hora de encontrar el almacenamiento que necesitas.
Madera a tutiplén
Es el material estrella, sobre todo a la hora de hablar del suelo que pisamos. Puedes utilizar un único tipo de madera, como por ejemplo la de abedul, pero también está muy extendido el uso de combinaciones de dos o más tipos de madera (no en el mismo suelo, evidentemente). De hecho, hasta puedes combinar la madera con el metal para aproximarte al estilo industrial o la madera con las fibras naturales para aproximarte al estilo vintage. Todo dependerá del mobiliario y los complementos que ya tengas o que quieras comprar para completar la decoración de tu piso.
El papel protagonista del blanco…
Como sucede en otros estilos decorativos como el minimalista, el color blanco se coloca a la cabeza. Esto es así precisamente para potenciar lo que te he contado en el primer apartado. Multiplica la luz y hace que la casa se vea más limpia, así que es normal que sea el tono más popular entre los fans del estilo nórdico.
… y la importancia de los actores secundarios
Si todo fuera blanco el mundo sería muy aburrido. Nos sentiríamos como en un anuncio de detergente, y eso no es precisamente lo que buscamos cuando nos ponemos a decorar estancias. Queremos que haya vida, calidez, frescura… Cualquier cosa que huya de la insipidez del blanco para añadir un toque especial. Dicho toque lo puedes lograr jugando con las tonalidades de complementos como las mantas, los cojines, las alfombras, los cuadros e incluso el papel pintado. Tonos más o menos atrevidos como el turquesa o el amarillo mostaza pueden quedar francamente bien.
Con naturalidad
En este apartado lo que quiero transmitir es esa idea tan extendida que habla de lo cercanos y acogedores que pueden llegar a ser los espacios. Con plantas, con flores, con velas aromáticas, con tejidos naturales como el algodón… Todo eso ayuda a que tu casa sea considerada como natural. De hecho, hasta te puede venir muy bien aficionarte al DIY y empezar a reciclar objetos dándoles una segunda vida. No te limites a pensar que eso no está hecho para ti porque existen manualidades para todos los públicos que solo requieren un poco de interés.
A continuación puedes ver una recopilación de imágenes sobre interiores de estilo nórdico que espero que te sirvan para encontrar la inspiración que tal vez necesitas. Antes o después, como prefieras, te recomiendo echar un vistazo a estos otros artículos relacionados:
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