Las mirillas son elementos indispensables de seguridad en todo hogar. A través de ellas podemos ver qué personas están detrás de la puerta antes de abrir, lo que nos permitirá saber cuándo debemos abrir y cuándo no. Aunque lo más normal es que vengan instaladas de fábrica, algunas veces no es así o queremos cambiarla por otra con un mayor ángulo de visión. Las más tradicionales están fabricadas con latón, siendo modelos con dos cilindros, uno para la lente y otro de cristal o plástico que protege al primero.
Su instalación es muy sencilla, sólo tienes que seguir una serie de pasos:
– Perfora la puerta con una barrena de las mismas dimensiones que la mirilla. Si vas a utilizar una pieza vieja, no la agujerees, simplemente retira la anterior.
– Introduce los dos elementos (primero el de la lente) y aprieta con un destornillador los puntos de cierre del cilindro exterior.
– Instala la mirilla a una altura accesible para todos los habitantes de la casa, no la coloques demasiado arriba. Sitúala en un punto en el cual el ángulo de visión sea el máximo posible.