No es nada extraño que un grifo se estropee con el paso de los años. Los solemos utilizar día a día durante mucho tiempo y eso al final suele pasar factura. Las principales averías de los mismos son el goteo, la pérdida de caudal, el ruido al girarlos y las indeseadas fugas. Normalmente esto sucede cuando el grifo es bastante antiguo. La mejor solución no es intentar repararlo, lo mejor es cambiarlo por otro. Con ello optimizaremos el consumo de agua, con el consiguiente ahorro de dinero que eso supone.
Los grifos podemos dividirlos en dos grupos: los monomando y los mezcladores. La principal diferencia entre ambos está en que los primeros disponen de un cartucho de cerámica mientras que en los segundos encontramos juntas de zapata.
El cartucho es bastante frágil y requiere mucho cuidado al utilizarse. Sin embargo, a su favor hay que decir que logra una mayor estanqueidad. El material cerámico es mucho más resistente al desgaste, a los cambios de temperatura y a las presiones. Las fugas y los goteos son menos frecuentes gracias a este material. Por último, los monomando también son preferibles gracias a su mecanismo de accionamiento. Este permite ahorrar agua en operaciones como el cambio de temperatura o el cierre del caudal.
Te decidas por el que te decidas, primero tendrás que desmontar la grifería antigua. Si sólo vas a sustituir el grifo, te bastará con bloquear las entradas de agua caliente y fría que encontrarás justo debajo del lavabo o fregadero, según si estás en el baño o en la cocina. Si no existen válvulas de paso intermedias, tendrás que cerrar la llave principal y abrir el resto de grifos de tu hogar para que se vacíe el agua de la instalación.
Posteriormente tendrás que encontrar la tuerca de presión del grifo. La tendrás que desenroscar con una mordaza y una llave fija, girando de derecha a izquierda. Cuando veas que está floja, extráela con la mano. También tendrás que separar el acople de sujeción, la arandela metálica y la junta de caucho. Antes asegúrate de desenroscar los latiguillos.
Para montar el nuevo grifo tendrás que seguir los mismos pasos pero en sentido contrario. Asegúrate de que tienes todas las piezas y herramientas a mano. Juntas, arandela, acople de sujeción, tornillo, tuerca y latiguillos no pueden faltar. Cuando todo esté montado, comprueba su funcionamiento abriendo la llave de escuadra con cuidado. Si todo está sujeto y anclado sin tiranteces, verás como funciona a la perfección.