En algunos estilos decorativos, la luz se convierte en un complemento más con el que decorar cualquier ambiente de nuestra casa. Al igual que los textiles, los muebles o los colores, la luz juega un papel fundamental en la decoración. De hecho, en estancias pequeñas puede ser clave para conseguir que nuestra habitación parezca más grande.
¿Sabes cómo aprovechar la luz? En Decorablog te vamos a explicar algunos trucos para iluminar el dormitorio. La intensidad de la luz, el tipo de lámpara y también la ubicación son algunas de las muchas cosas que debes tener en cuenta al iluminar cualquier ambiente. Descubre el resto de elementos clave…
Diferentes tipos de iluminación
Lo primero que debes tener en cuenta es que existen distintas formas de iluminar el dormitorio, en función del tipo de estancia. Por ejemplo, si el dormitorio se utiliza solamente como lugar de descanso o también para estudiar.
Teniendo en cuenta la decoración y el tipo de dormitorio, nos encontramos con la iluminación directa para ambientes de lectura o para la mesa de escritorio. Generalmente se utilizan lámparas flexo para iluminar nuestra zona de trabajo o bien con apliques en la pared.
Además de recurrir a la luz artificial, también se recomienda orientar nuestra mesa de escritorio hacia alguna ventana con luz natural, que es siempre la mejor opción de todas.
Otro tipo de iluminación para nuestros dormitorios es la general. ¿En qué consiste? Son las lámparas tradicionales que colocamos en el techo y que nos ayudan a iluminar la habitación de forma homogénea. Se trata de una iluminación de techo que podemos conseguir, por ejemplo, con una lámpara de techo, con focos empotrados o con apliques en la pared.
Tampoco debes perder de vista la iluminación que se concentra en un elemento determinado de nuestro dormitorio. En este caso, estamos hablando de una iluminación concreta que nos ayuda a destacar algún complemento de nuestro dormitorio, como por ejemplo los cuadros o incluso el fondo de armario. En este caso, los focos empotrados en la pared se convertirán en tus grandes aliados.
Como ves, la luz no solamente nos ayuda a iluminar determinados ambientes y rincones del hogar, sino que también cumple con una función decorativa. Por eso es tan importante escoger lámparas y bombillas que además de iluminar, aporten algo especial al ambiente.
Distribuir correctamente la luz
En este sentido, se recomienda iluminar también con bombillas cálidas para crear ambientes acogedores e íntimos, que no molesten durante la noche.
Aunque antes de escoger tus lámparas y la intensidad de las bombillas, debes saber cómo distribuir la luz. ¿En qué rincones de tu habitación vas a colocar los focos o lámparas? ¿Dónde piensas que necesitarás más luz? Una lámpara en el techo y bien centrada para conseguir una iluminación homogénea, pero también en el armario o puede que en la mesilla de noche si te gusta leer antes de dormir.
Escoger los puntos de luz y distribuirlos correctamente es casi tan importante como elegir las lámparas y la intensidad de la luz. En este sentido, un error que deberás evitar a toda costa es iluminar todo el dormitorio solamente con un único punto de luz. Una distribución tan general debe completarse con otros focos de luz donde sean necesarios.
Y por supuesto, cuando iluminamos nuestro hogar, también debemos tener en cuenta los colores y los materiales de nuestros muebles, textiles y artículos decorativos. No olvides que los colores cálidos resaltan mucho más con luces incandescentes o halógenas.
En general, se recomienda iluminar el dormitorio de la forma más homogénea posible, escogiendo la lámpara más adecuada para cada rincón del dormitorio. Para la mesa de escritorio una luz blanca y potente, para la mesita de noche algo íntimo y acogedor, para la lámpara del techo una luz más general, focos para el vestidor… En definitiva, debes iluminar el dormitorio, evitando las sombras.
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