¿Quién no tiene un espejo en casa? ¡Todos tenemos como mínimo uno en el baño! También es normal encontrar espejos en el dormitorio, en el recibidor, en el salón o en el comedor. De hecho, hay gente que tiene espejos hasta en la cocina, lo cual no me parece necesario, pero es respetable.
El caso es que los espejos hay que colgarlos y eso no siempre es una tarea fácil, aunque como podrás comprobar a continuación no necesitarás llamar a un especialista o algo por el estilo para tener tus espejos bien colocados.
Ubicación exacta
Primero hay que saber dónde va a ir el espejo. Puede ir incrustado en un armario o vestidor, sobre el lavabo de un baño, encima de la cómoda de una habitación, etc. Lo más normal es que vaya colocado en una pared y a la altura de la vista, que suelen ser unos 1,70 metros respecto al suelo.
Si los espejos van colocados en espacios con poca luz natural, como suele suceder en el baño, éstos deben ir acompañados por focos o apliques. Si cerca hay ventanas y entra luz natural, ese problema desaparece mientras es de día.
Hay que decir que no son un elemento decorativo más que pasa desapercibido. Los espejos no solo sirven para mirarse. También se utilizan para tener la percepción de que la habitación en la que está colocado es más grande de lo que realmente es. De ahí que no sea extraño encontrarlos al final de un salón o en un recibidor.
Paso a paso
Olvídate de perforar el espejo para colgarlo. Basta con utilizar cuatro presillas, dos arriba y dos a los lados (una a cada lado). Debes saber que existen varios tipos de presillas: las correderas, las que se disimulan detrás del espejo, las que son metálicas y van a los bordes y las que van atornilladas.
Para facilitarte la vida lo mejor que puedes hacer es pegar una banda con cinta adhesiva que te ayudará a determinar dónde debes perforar la pared. Utiliza un nivel de burbuja para que el espejo quede recto y coloca las muescas al nivel de esa línea. Luego solo hay que colocar el espejo sobre las presillas y marcar la ubicación sobre las presillas laterales, dejando un milímetro de espacio para que el cristal se dilate sin problemas.
Lo último es coger el taladro, hacer los agujeros y colocar las presillas con clavijas y tornillos. Si son correderas, primero pon el espejo y luego ciérralas. Si son metálicas, lo mejor es que coloques el espejo antes de atornillar.
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