Mantener una oficina en orden es toda una hazaña, sobre todo cuando falta el tiempo para limpiarla a fondo y colocar los documentos importantes o libros en sitios donde no estorben a simple vista. Por eso, seguramente habrás visto que las oficinas suelen estar llenas de estanterías. Y es que son unos muebles muy útiles, ya que consiguen mantener los documentos a la vista e impedir que estorben.
A la hora de amueblar tu oficina tienes varias opciones de estanterías para colocar. Una de las más rápidas y sencillas son las baldas en la pared. Entre sus ventajas destaca que dejan libre la pared, por lo que no agobia a la vista y otorgan más amplitud a la estancia. Es ideal para despachos muy pequeños.
Estanterías autosoportantes
Otra opción de estanterías para la oficina es colocar dos que sean autosoportantes y de metal. Son las típicas estanterías abiertas que puedes encontrar en bibliotecas o librerías. Tienen muchas ventajas aunque su principal es que soportan un gran peso de libros. Por lo que la puedes usar para colocar archivadores o pesados manuales que uses para el trabajo.
Con espacio para todo
Otro tipo de estantería que te traemos son principalmente de madera. Son estanterías que gozan de gran espacio entre cada estante, por lo que puedes almacenar cualquier cosa que tengas en el despacho. Además, disponen de espacio por detrás para colocar cables y poder poner en ellas los dispositivos móviles mientras se cargan.
Armarios con estantería
Hay quien prefiere tener la oficina tan cuidada que apenas se perciba que está llena de estantes para guardar libros y documentos importantes. En estos casos, se suelen adquirir armarios llenos de estantes en su interior. Es una forma de que el espacio de trabajo quede limpio y sin un desorden visible. Hoy en día son muchas las empresas que compaginan unos estantes en la pared donde poder poner algún accesorio decorativo como una planta con armarios donde guardar documentos.