Las paredes son las superficies más amplias de cualquier hogar y en las que se siempre se fijan todos los invitados. El mobiliario solo pone el toque distinto a la decoración, pero realmente son las paredes las que tienen todo el protagonismo en el hogar, sobre todo, si se pintan de unos colores poco habituales. Con la llegada del verano no hay nada mejor que preparar un cambio de imagen para la casa. Hay que aprovechar el cambio de estación para darle alegría a la vivienda.
La pintura ofrece múltiples posibilidades decorativas del hogar. Puedes pintar una habitación a rayas o de una tonalidad que no sea muy convencional. Así le darás un toque personal a la casa.
Colores luminosos e intensos
En verano los tonos de pinturas que escojas han de ser fuertes y muy luminosos. Verano es la estación que precede a la primavera, por lo que hay que continuar con ese estado de felicidad y alegría característico en esta época del año. Nada mejor que los colores intensos para llenar las habitaciones de luz.
Puede parecer un contrasentido, pero uno de los tonos más recomendados para el verano es el blanco. Este color contribuye a mantener las paredes frescas y la habitación bien climatizada. Además, se trata de un color que se puede utilizar con cualquier estilo decorativo porque siempre queda bien.
Pero no siempre tienes porqué tener la casa pintada de blanco. En verano un color muy atractivo es el azul, en cualquier tonalidad. El azul se asocia con el mar y la tranquilidad. Te servirá mucho para relajarte. Es más, puedes combinarlo con tonos verdes y darle a tu hogar una completa sensación de armonía y paz.
Si lo que buscas es algo más enérgico, recurre a colores vibrantes como el naranja o el lila. Son colores que cada vez están más de moda. Cuando entre la luz por la ventana se reflejará en estos colores y le dará a tu casa un toque especial.