Hace mucho que las chimeneas dejaron de ser simples instrumentos para caldear el hogar para convertirse en importantes elementos decorativos. No hace falta que sea invierno para colocar una chimenea en casa, ya que puedes aprovechar ahora esta estructura para decorar el salón, por ejemplo, y cuando llegue el frío para aportar mayor confort a la vivienda.
Existen muchos modelos de chimeneas. Por ejemplo, si te encuentras en un hogar rústico, las antiguas estufas de leña se adaptan de maravilla. También las puedes modernizar con tubos de acero inoxidable para dar salida al humo de la vivienda. El contraste con el resto de la estancia es increíble y la sola presencia de este elemento te transporta siglos atrás.
Integradas en la pared
También hay quien prefiere modernizar el hogar y hacer lo propio con la chimenea. Aquí no tiene cabida la tradicional embocadura de piedra de las chimeneas, puesto que ésta se ha integrado perfectamente en la pared. Consiste en integrar la chimenea en la propia pared a través de bloques de yeso o pladur. Queda muy elegante si apuestas en casa por decoración más moderna.
Por otro lado, la chimenea de leña no tiene porqué estar empotrada en un tabique. Actualmente hay empresas que ofrecen modelos abiertos, que no necesariamente han de estar sujetos a un tabique. Las chimeneas pueden ser abiertas o contar con una o varias puertas de seguridad; ideal si hay niños en casa.
En ocasiones, las viviendas ya cuentan con una estructura para la chimenea, pero hay veces que no. ¿Dónde colocarla? En uno de los recovecos de casa donde no puedan instalar nada más. Hay familias que adaptan estos lugares como biblioteca y chimenea. Es una opción muy práctica.
Las chimeneas no siempre fueron cerradas. Antiguamente se llevaban mucho aquellas abiertas en las que no había protecciones contra el fuego. Si la tuya es de éstas, asegúrate de retirar materiales inflamables de los alrededores. Aleja alfombras, pufs y el mobiliario sensible de la chimenea para evitar que se prenda fuego.