Los azulejos suelen ser los protagonistas de baños y cocinas. De hecho, rara es la casa que no cuente con ellos en alguna de estas dos estancias, algo lógico teniendo en cuenta su función aislante y protectora de paredes, además de la posibilidad de poder limpiarlos, algo que no puede hacerse en la pintura.
En realidad, limpiar los azulejos de estas zonas no resulta una tarea complicada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que con el paso del tiempo se va acumulando más y más grasa, además de cal, lo que hace más difícil que vuelvan a estar relucientes. Así, si hace unos días te explicamos cómo limpiar los azulejos del baño, hoy queremos hacer lo mismo con otra de las estancias que más se ensucia del hogar: la cocina.
Con amoniaco
A la hora de limpiar las baldosas de tu cocina, lo primero que te recomendamos es que revises las juntas y, si están en mal estado, apiques una lechada. A continuación, tendrás que limpiar los azulejos. Aunque en el mercado encontrarás productos específicos para este fin, en Decorablog te recomendamos limpiar con agua con amoniaco, un desengrasante ideal que no deja rastro, aplicando con una esponja y secando con un trapo absorbente para terminar de sacar brillo con un paño de microfibra bien seco. Te recomendamos que laves por secciones pequeñas y haciendo movimientos circulares.
Con vinagre
También es buena idea utilizar agua mezclada con vinagre blanco. Eso sí, deberás acabar la tarea pasando un paño humedecido en agua para retirar cualquier resto que pudiera quedar. Ten en cuenta que si los azulejos tienen acumulada mucha cal, brillarán como nuevos si se lavan con vinagre caliente.
Vapor
Un buen truco para limpiar la cocina es poner una olla a presión llena de agua al fuego y cerrar ventanas y puertas. El vapor que desprenda la olla humedecerá los azulejos y reblandecerá la grasa que hay en ellos, así que luego solo tendrás que pasar un paño seco.