Aunque puede sonar algo extraño, en estos días festivos en los que la mantelería es una de las protagonistas absolutas, hay momentos en las que no sabemos qué escoger, pues algunos manteles pueden ser demasiado festivos para reuniones más informales.
Una buena elección es la mantelería de cuadros pues aporta un punto de elegancia a la par que tiene un cierto toque de desenfado. Si tienes una merienda entre amigos o una comida que no sea de etiqueta, apuesta por este estampado intemporal.
Un clásico imperecedero
Inspirado en el clásico tartán escocés, este estampado es una opción perfecta para tener un fondo de cajón en el armario de la mantelería. La variedad de colores y las infinitas combinaciones que se pueden realizar con los mismos hacen de los cuadros el comodín estrella.
Tanto si tienes una cena de gala como si es un encuentro informal, esta opción es completamente válida gracias a los diferentes estilos que presentan. Este estampado es antiguo y rezuma sobriedad si se escogen tonos oscuros, como el verde botella o el azul noche pero, como en los últimos años el tartán se ha convertido en tendencia, utilizando colores modernos como el rosa pastel o el amarillo, o incluso con un arriesgado binomio en blanco y negro, resulta perfecto para cualquier evento.
El tartán no es la única opción en cuanto a cuadros se refiere, el cuadro vichy está muy de moda también y, una vez más el color es lo que marca la diferencia. Podemos optar por el color tradicional, inspirado en la campiña francesa o por combinaciones sorprendentes como el rosa y el marrón.
Lo que está claro es que si quieres una buena mantelería, esta opción es la mejor pues funciona como comodín en una emergencia, en cenas de gala y en merendolas desenfadadas. ¡Ah! Si tienes que organizar una fiesta infantil, no fallarán.