¿Quieres mostrar tu personalidad a través de las paredes de tu hogar o de tu espacio de trabajo? ¿Te apetece darle un toque original a cualquier ambiente? Pues entonces no te lo pienses más y recurre a la decoración con vinilo para personalizar cualquier superficie: paredes, ventanas, puertas, electrodomésticos (siempre que estén alejados de la cocina por el calor), azulejos… Desde luego, los vinilos se han convertido en el complemento perfecto para darle un toque diferente, personal y divertido a tu hogar.
Pero la gran ventaja de los vinilos no reside en su originalidad, sino en la facilidad de colocarlos, ya que es algo que podrás hacer tú mismo, sin necesidad de la ayuda de un profesional y en cualquier espacio que elijas. Eso sí, para lograr un resultado óptimo, es necesario que la superficie donde vaya a colocarse sea lisa.
Los vinilos
Los adhesivos de vinilo son formas esquemáticas o siluetas que se hacen en un solo color plano. El vinilo es un material recubierto de una capa de PVC que les dota de resistencia y resiste la humedad. Son fáciles de colocar y para retirarlos simplemente hay que aplicarles calor con un secador.
Colores y temáticas
A la hora de escoger vinilos deberás tener en cuenta tanto el color de estos como su temática, ya que en el mercado pueden encontrarse diseños que emulan todo tipo de cosas: naturaleza, fantasía, cocina, dibujos animados, pequeñas grafías… Es buena idea que los vinilos contrasten con la superficie, aunque siempre hay que buscar un color o un tema que combine con otro elemento del espacio para que esté en armonía con el resto de la decoración.
Reutilizar
En general, los vinilos no son reutilizables y, aunque podrás despegarlos si no te gusta cómo han quedado, no podrás volver a pegarlos. Por tanto, es importante que pienses bien dónde y cómo quieres colocarlos antes de ponerte manos a la obra.