Los salones abiertos (en inglés se conocen como “open plan”) son cada vez más habituales en las casas. A todos nos gustan los espacios diáfanos, que dan sensación de amplitud y de luminosidad. Conseguir esta sensación en el salón es algo a nuestro alcance: basta con tirar los tabiques, y unirlo con la cocina y (si antes era independiente) con el comedor.
Por supuesto, antes de empezar a tirar sin ton ni son hay que comprobar que las paredes que separan las estancias no son muros de carga o paredes maestras. Y es muy posible que tengáis que redistribuir el espacio y cambiar de sitio los muebles, para conseguir la decoración más cómoda y práctica posible.
El sofa, de espaldas
En estas imágenes os muestro distintas alternativas a vuestro alcance para distribuir un salón abierto a la cocina y al comedor. Como veréis en muchas de ellas, lo habitual es colocar el sofá de espaldas al espacio inmediatamente anterior, sea la cocina o el comedor. De esta manera podréis sentaros en él preservando la sensación de intimidad. Si es posible, entre el salón y la cocina conviene establecer la zona de comedor para generar una circulación lógica, y para que desde la cocina sea más rápido el acceso a la mesa.
Isla-barra: buena idea
En viviendas con poco espacio, una buena idea es fusionar cocina y comedor mediante una isla o barra, que por un lado hará las veces de encimera de trabajo, y por el otro será la superficie destinada a comer, cenar o desayunar. Los taburetes altos estilo retro quedan preciosos, y dan al espacio un toque americano muy atractivo. Para diferenciar zonas, conviene revestir la cara de la isla que da al comedor de una manera y la que da a la cocina, de otra. También se puede destinar parte de este elemento aL almacenaje, y así aprovechar mejor el espacio. Por último, para evitar que los humos de la cocina lleguen al salón es fundamental instalar una campana extractora potente y de la mejor calidad.
