El garaje suele ser una de las zonas más descuidas y, sin embargo, nos hace un gran servicio. Como normalmente es un espacio destinado para el estacionamiento del coche y para almacenar trastos viejos, lo más habitual es que no nos preocupemos de la iluminación de esta parte de la casa. Sin embargo, la iluminación es vital para la correcta ambientación de esta zona del hogar, además de facilitar su uso a cualquier hora del día.
Lo más normal es que los garajes no cuenten con ventilación ni luz natural. De hecho, la mayoría son pequeñas estancias, bajo tierra y sin ventanas al exterior. Así, suelen ser lugares oscuros y húmedos, por lo que necesitan iluminación de calidad. Pero, ¿sabes cómo debe ser?
Tubos fluorescentes
En muchas ocasiones penamos que la bombilla debe ir en el centro de la estancia, un error por nuestra parte, ya que de esta manera solo se ilumina el techo del coche, sin permitir una correcta visibilidad a la hora de estacionar el vehículo de forma correcta. En lugar de esto, es preferible recurrir a tubos fluorescentes, que se pueden colocar tanto en el techo como en las paredes.
Sensores de movilidad
También es buena idea colocar sensores de movilidad que hagan que las luces se enciendan automáticamente al detectar al vehículo, y que nos evitarán tener que salir para encender la luz nosotros mismos.
Garajes grandes
Si tu garaje es amplio y lo utilizas para guardar bicicletas y otros trastos, aún deberás prestarle más atención a la iluminación. Así, puedes completar la luz del fluorescente colocando bombillas de bajo consumo o focos. También puedes recurrir a los focos empotrados direccionales, que se pueden dirigir a las zonas que más lo necesiten. Otra alternativa son las lámparas industriales.