La decoración actual se encuentra en un momento en el que da la sensación que todo vale. Encontramos tendencias que apuestan por la vuelta al encanto retro, y dan nueva vida a muebles de los años 70 y 80 que hace poco nos resultaban espantosos. También el minimalismo continúa siendo una de las apuestas más apreciadas, mientras que el vintage pisa con cada vez más fuerza…
Gracias a este crisol de estilos podemos apostar prácticamente por cualquier tipo de decoración, siempre que se haga con buen gusto. Una tendencia que me parece súper interesante es la de la mezcla de colores vivos y brillantes, aprovechando toda la paleta del arco iris. Voy a mostraros cuáles son las claves para lograr ambientes coloridos, elegantes e intemporales.
Paredes blancas = elegancia
Quienes quieran disfrutar del color a tope sin renunciar a la elegancia y al relax, harán bien en fijarse en la imagen que abre este post. En este ambiente amueblado con piezas de Ikea, la pared blanca aporta el toque de equilibrio para que el color no resulte estridente. El conjunto de aparadores con puertas lacadas en colores es perfecto para decorar por sí solo la estancia. Además, el suelo de color gris neutro contribuye a dar el necesario toque de sobriedad. Podéis optar por un moderno cemento pulido o un pavimento vinílico, fácil de instalar y a muy buen precio.
El triunfo del patchwork
Está haciendo furor en tapicerías y ropa de cama; eso sí, convenientemente actualizado. El patchwork está presente en las colecciones de muebles más modernas, como parte de la tapicería. Fijaos lo bien que queda en este sofá (o diván) súper vanguardista. Yo me lo imagino en un salón con una pared pintada de gris antracita, oscuro, y el resto en blanco impoluto. Con una mesita de café de madera clara y líneas rectas y grandes fotografías en blanco y negro colgadas de la pared. Un ambiente lleno de estilo y elegancia, pero con el toque especial que los colores aportan a la decoración.
