Decorar con colores fuertes


Muchas veces empleamos los colores intensos como toques o detalles en espacios más tenues, normalmente blancos. Es el caso del apartamento del cual hablábamos recientemente en Decorablog. Pero los colores fuertes no solo se pueden usar como detalle, sino que también permiten realizar atrevidas combinaciones que dotan a los espacios de intensa personalidad.

Naranja, azul, verde, morado, amarillo… Parecen peligrosos, pero en realidad no lo son si los combinamos con cuidado.

En la fotografía que os muestro sobre estas líneas podéis ver un magnífico ejemplo de lo que os digo. La mezcla no puede ser más atrevida: paredes azul oscuro y naranja butano, muebles naranjas, detalles amarillos. ¡Ah! Y suelo color chocolate. Parece imposible, ¿verdad? Pues ya podéis ver que funciona, y muy bien. Sin embargo, para lograr un efecto que no resulte estridente, hay algo indispensable: el matiz. A la hora de escoger los colores, en lugar de emplear tonos puros conviene añadirles un poco de negro o pardo para que sean más “tranquilos” y relajantes.

En este caso, al azul marino del fondo se le ha añadido un poco de magenta para que vire ligeramente al violeta, mientras que el naranja de la pared lleva un toque de marrón que le da una atractiva tonalidad caldero. El amarillo tampoco es puro: lleva blanco y un toque de ocre para eliminar el grado chillón del tono básico. Si a una estancia decorada en estos colores le dejamos el techo blanco (y siempre que tenga bastante iluminación natural), podemos conseguir un efecto realmente impactante y teatral que será gratamente diferenciador. De la misma forma que en este caso hemos empleado azul, naranja y amarillo, podemos conseguir efectos similares con combinaciones como verde, violeta y fucsia, o rojo, rosa y turquesa. Jugar con los colores complementarios es algo que, si se hace bien, permite muchas combinaciones en decoración.

Fotografía: Pinturas Titán.

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