Cómo colocar apliques


El bricolaje está cada vez más presente en nuestras vidas, y hoy en día hay mucha gente que opta por hacer cualquier instalación o reparación en el hogar por sí mismo, siempre y cuando no sea algo realmente importante como para que solamente pueda hacerlo un profesional. Una de las cosas que se pueden hacer, y que además es muy sencillo, es colocar un aplique.

Los apliques son una de las principales opciones para la iluminación de cualquier hogar o negocio, y siguiendo los pasos correctos podrás colocarlos sin mayores problemas, teniendo también muy presentes todas las precauciones que deberás tomar para hacerlo con seguridad. Lo primero, las herramientas. Necesitarás un destornillador, un taladro, tornillos y tacos y una caja de derivación. Por supuesto, antes de hacerte con las herramientas deberás conseguir los apliques ya que los tornillos y tacos deberán ser de ciertas medidas.

Pasos para colocar un aplique

Lo primero que tienes que hacer es un reconocimiento a la pared para saber qué tipo de tacos son los más indicados. El aplique siempre trae instrucciones, y debes leerlas para saber qué tipo de bombillas son las más indicadas y nunca utilizar una que sea de potencia superior a la recomendada ya que no sería seguro. Es indispensable que cortes la electricidad antes de ponerte manos a la obra.

Coloca el aplique en el lugar que hayas elegido y haz una pequeña marca en los puntos en los que tienen que ir los tornillos, y después haz los agujeros para colocar los tacos. Antes de hacer los agujeros es conveniente analizar bien las marcas para asegurarte de que el aplique va a quedar totalmente recto. Utiliza un nivel si no te convence a simple vista.

Llega el momento de empalmar los cables conductores para poder darle luz al aplique. El rojo es el conductor fase y el azul el conductor neutro, y deberás empalmarlos a la caja siguiendo las instrucciones que vengan en el aplique, ya que no en todos los casos se hace de igual manera. Es muy importante que nunca empalmes el cable verde o amarillo (se llama tierra).

Una vez tengas el tema de los cables solucionado, fija el aplique a la pared con los tornillos con la ayuda de un destornillador y procurando que queden muy seguros y de forma recta. Vuelve a activar la luz, dale al interruptor del aplique y… ¡voilá! (Si no has hecho nada mal, el aplique debe tener ya luz).

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