Viajar es algo maravilloso. Nos divierte y nos permite desconectar de la vida cotidiana; nos abre la mente y nos ayuda a comprender a otras culturas… En definitiva, nos convierte en mejores personas. Da igual dónde viajemos, más cerca o más lejos: un viaje siempre es una buena idea.
Además de con el cuerpo, también se puede viajar con la imaginación… ¡Y con la decoración! Estos preciosos cuartos de baño son un excelente ejemplo. Sus lujosos o rústicos acabados (dependiendo de cada uno) están inspirados en los estilos característicos de diferentes países, culturas y regiones del mundo, y son todos maravillosos aunque radicalmente diferentes.
El que abre este post es uno de mis favoritos. De inspiración claramente norteamericana, lo que más llama la atención es el gran jacuzzi adornado con un gran mural lleno de iconos de los Estados Unidos. El ajedrezado de las paredes está directamente relacionado con los clásicos taxis de Nueva York, y el contraste de las superficies blancas con los muebles lacados en negro homenajea a las clásicas películas antiguas de Hollywood, filmadas en esos mismos tonos.
El lujo más profundo acompaña a este magnífico baño de estilo inconfundiblemente marroquí. Este ambiente nos traslada a lo más bello de la cultura árabe, con sus ventanas contracurvadas, sus mosaicos y sus paredes de color púrpura profundo. El baño está iluminado con velas que recuerdan a los clásicos baños árabes, y es un reducto de lujo y tranquilidad.
Este ambiente es radicalmente opuesto al anterior. Es un baño evidentemente japonés, zen y elegante en su concepcióm. En este caso el lujo viene dado por los amplios espacios y por el maravilloso jardín interior, cerrado con paneles acristalados, que aporta un espacio verde y una sensación relajante a la estancia.
Finalizamos nuestra “vuelta al mundo a través de los baños” con un rústico y acogedor ambiente relacionado con la Toscana italiana. El ambiente se basa en simplicidad campestre más atractiva, con paredes bastas en tonos ocre y techos de oscuras vigas de madera. La gran bañera tiene incluso una escalera para subir y disfrutar de momentos interminables de placentera relajación, entre viñedos y sol mediterráneo.