Acertar con el uso del color en decoración no es fácil, y además cada temporada tenemos que cambiar el chip para adaptarnos a las nuevas tendencias que surgen todos los años. Los colores que se van a emplear cada estación no se escogen de forma arbitraria: en el diseño de las tendencias intervienen las empresas, los diseñadores, los gurús del interiorismo, las tiendas y los fabricantes.
La máxima autoridad en materia de colores es sin duda la empresa Pantone, que en los años 70 concibió un sistema de color para artes gráficas que todos los diseñadores (de cualquier estilo) siguen como si fuera la Biblia del color. Y precisamente, desde esta firma ya nos han indicado por dónde van a ir los tiros de los tonos otoñales.
Los azules van a cobrar un protagonismo fundamental, dejando un poco atrás los fucsias y rosas fresa, y los verdes lima de temporadas pasadas. Eso sí, tienen su aquél: los colores marinos van a subir puntos, prosiguiendo la tendencia navy que ha hecho furor este verano aunque adaptada a la estación otoñal. El azul medio palidece bastante, y se mezcla con gris y con verdes para crear suaves tonos aguamarina.
Los marrones serán también fundamentales, sobre todo los relacionados con el color cuero. Sigue la tendencia de los oscuros, aunque dejamos atrás los colores wengué y chocolate para decantarnos por marrones más rojizos, dentro de la gama de los colores de la piel curtida. Otros tonos que serán fundamentales durante los próximos meses son el verde oliva, más oscuro, y también el púrpura y el morado. Un tono que vuelve después de mucho tiempo olvidado es el camel claro, mientras que los toques de atención correrán a cargo de los amarillos (ya lo vimos en el adelanto del catálogo de Ikea 2013) y los rojos anaranjados.