La cerámica tecnológica actual es capaz de reproducir gran cantidad de materiales con una asombrosa perfección. En los últimos años hemos visto baldosas que simulan madera con una fidelidad increíble, en gran variedad de especies; pero también piezas que imitan el metal (pavonado u oxidado), el cemento, el mármol… Y ahora es el turno de la piedra natural.
La capacidad mimética de este milenario material, uno de los más antiguos fabricados por el hombre, ha creado texturas simuladas plenas de realismo, variedad de colores, texturas y acabados. Y todas estas ventajas se unen a las prestaciones de la cerámica. La piedra natural es la tendencia de moda.
El gres porcelánico que imita piedra es fácil de limpiar, resiste a las heladas (perfecto para exteriores), tiene colores inalterables y ofrece la posibilidad de disponer de acabados antideslizantes. Por otra parte, una de las grandes ventajas que incorporan los nuevos suelos son las grandes dimensiones que alcanzan las piezas, con tamaños de hasta 50 x 100 centímetros que reducen las juntas, consiguiendo efectos similares a los de los suelos de cemento pulido (microcemento).
En estas dos imágenes podéis ver los preciosos suelos logrados con las series Indus y Sandstone de Ceracasa, ambos en gran formato. La tendencia actual es minimizar en lo posible el ancho de las juntas (lo que se conoce como cerámica rectificada) para dar sensación de suelos continuos; para ello son necesarias piezas que no se dilaten o contraigan en exceso con los cambios de temperatura, algo que generaría grietas en el pavimento al no haber juntas lo suficientemente anchas. Además de estos dos modelos de las fotos, Ceracasa también dispone de series como Evasion (en formato más pequeño) y City, con seis tonos, tres formatos y tres acabados diferentes.