Si pensáis que vuestra casa es pequeña, a ver qué me decís de este apartamento situado en Suecia. Es cierto que tiene techos altísimos que siempre permiten aprovechar el espacio en altura, y además es realmente bonito con su cristalera redondeada y sus suelos de madera. Pero la verdad es que sacar partido a tan solo veinte metros cuadrados exige que el interiorista haga un auténtico encaje de bolillos…
Lo mejor de todo es que, a pesar de su pequeño tamaño, el apartamento tiene cabida para todo lo necesario y da una agradable sensación de amplitud y luminosidad. Vamos, ¡casi un milagro!
Decoración escandinava
La decoración es evidentemente un ejemplo del diseño sueco en mobiliario y decoración. Las maderas claras y ese estilo inconfundible que todos hemos aprendido a reconocer, a medio camino entre lo clásico, lo moderno, lo retro y lo juvenil, son las señas de identidad de este inmueble junto con los estampados y los vivos colores que alegran las paredes blancas.
En la entrada del piso hay un pequeño recibidor al que le sigue una amplia y luminosa estancia, que en realidad es la única de la casa aparte del baño. Esta sala está equipada con una mesa para dos, un sofá cama y otra cama más situada en un altillo, con el que se le ha sacado partido al alto techo de la forma más funcional posible.
La gran cristalera semicircular de tres ventanales es el punto de atención del piso. La mesita y las dos sillas giratorias tapizadas en fucsia ocupan este privilegiado lugar, y frente a ellas, en el interior del apartamento, hay una bonita y funcional cocina de madera con un revestimiento de azulejos multicolores que alegran los sobrios muebles de pared.
Luminoso, brillante y lleno de color, este mini-apartamento sueco tiene de todo para una persona o una pareja. ¿Quién necesita más?