Una de las técnicas decorativas más espectaculares que hay es el trampantojo, que se trata de una técnica de pintura que crea un efecto óptico realista pero que es falso, una “trampa al ojo” (que es de donde viene su nombre). Es una de las técnicas más apreciadas gracias a sus increíbles resultados y también se le conoce como “trompe l’oeil”. Es muy antigua y hace siglos ya se usaba para pintar tanto cuadros como murales, consiguiendo con ella una total realidad.
Se puede utilizar tanto para interiores como para exteriores, y se puede ver muchísimo en las paredes de varios edificios representando una escena que a lo lejos parece totalmente real pero que cuando llegas allí te das cuenta que es pintura. Para realizarla hay que tener una gran destreza, por lo que siempre suele ser algo hecho por profesionales. Es probablemente la técnica de pintura más compleja.
Por ejemplo, en la fachada de un edificio se puede dibujar una pared con balcones, un portal, niños jugando, personas sentadas… y todo ello con una increíble realidad. Para interiores, suele hacerse en vestíbulos de edificios y, por ejemplo, dibujar una librería llena de libros, una ventana que parezca que da al mar o a un paisaje natural… La verdad es que los diseños que se pueden hacer son infinitos, todo lo que quieras se puede pintar.
Lo único que necesitas es tener una pared, la pintura necesaria y a alguien que sepa aplicar esta técnica. Una vez con eso, únicamente tendrás que decidir qué imagen quieres proyectar o qué pequeño mundo quieres crear en tu pared. Si tienes niños, es una técnica genial para la decoración de su dormitorio ya que así podrán hacer que la pared forme parte de sus juegos y que su imaginación eche a volar todavía más.
Por ponerte un ejemplo de los muchos usos que tiene esta técnica, en el mundo del cine se utiliza mucho para simular edificios, calles, casas, personas… al verlo desde lejos parece muy real y es ideal ya que con eso se ahorra una buena parte del presupuesto al no tener que gastar el dinero en los elementos reales.