La verdad es que en decoración cada día encontramos nuevos nombres y tendencias. Lo último que nos llega del mundo anglosajón, que como todos sabemos marca estilo en interiorismo, responde al nombre de shabby chic. Esta tendencia podría traducirse más o menos como “chic descuidado”, aunque en realidad, la palabra shabby tiene su auténtico homónimo en nuestro castizo término “desastrado”.
En realidad, esta tendencia muestra una gran atención al detalle dentro de su aparente dejadez. La idea es mostrar un aspecto descuidado, al tiempo que se crean estancias donde la vida se vuelva fácil y relajada.
Todo comenzó en Gran Bretaña, donde este tipo de ambientes pretendían imitar el look de las viejas casas de campo: pinturas desconchadas, sofás y cortinas desvaídos, complementos descabalados… Ya en los 80 apareció el término shabby chic en un artículo de la prestigiosa revista The World of Interiors, y a partir de ese momento el estilo se instauró en el campo del interiorismo. Y desde entonces no ha pasado de moda, probablemente porque nos propone ambientes relajados y fáciles de conseguir, muy alejados de los interiores de vanguardia con fríos y carísimos muebles.
La quintaesencia del shabby chic es saber decorar las habitaciones con muebles antiguos y de tipo vintage, convenientemente deteriorados por el paso del tiempo (o una acertada técnica decorativa). En las paredes, los trampantojos e imitaciones se realizan a base de transparencias y hábiles manos artísticas. En cuanto a los muebles, se pueden adquirir preciosas piezas y complementos de estilo retro o vintage a través de firmas especializadas (los que veis en estas fotos son de Boxwood), o bien convertirnos en artesanos de la decoración y dar a nuestros muebles decorados como el blanco envejecido, las pátinas…
Si quieres que tu casa luzca tu propio estilo shabby chic para impresionar a todo el mundo, no olvides el consejo más importante: sé creativo. Se trata, en definitiva, de crear armonía a partir de distintos tipos de muebles, motivos y colores. Y sobre todo… ¡No olvides divertirte!