Es evidente que el césped artificial nunca será como el natural (es uno de sus inconvenientes), pero desde luego es una solución muy práctica para jardines pequeños y propietarios que no tienen mucho tiempo para el mantenimiento de la pradera verde. Además es una solución ecológica, y últimamente hay nuevos productos que ofrecen un acabado cada vez más natural. Y atención a los más atrevidos, porque incluso lo hay en rojo, azul y gris…
Consejos para su correcta instalación
Muchas personas se echan atrás a la hora de solar sus terrenos con césped artificial, debido al coste de su instalación. La buena noticia es que lo puedes hacertú mismo de manera rápida, sencilla y eficaz. Toma nota:
– Si lo vas a colocar sobre cemento o losetas, no habrá ningún problema. Pero si es sobre tierra, hay que apisonarla con un rodillo (os aconsejo que lo alquiléis en un centro de bricolaje) y poner una malla o tejido anti-hierbas, bien estirada. Luego hay que desenrollar el césped encima de forma que los bordes de las tiras se solapen, y éstas queden paralelas.
– Corta los bordes y las juntas de forma que queden bien ajustados. Es mejor hacerlo por el revés para así poder seguir el entramado y realizar cortes rectos. Cuando las tiras estén ajustadas, coloca el césped en su emplazamiento definitivo y pega las bandas de unión; si son autoadhesivas, mucho mejor. Presiona poco a poco la cinta, ajustando la junta en toda su extensión.
– Clava los bordes del césped con clavos largos inoxidables a intervalos de 30 cm, por todo el perímetro. Cepilla después el césped haciendo pasadas diagonales. Un consejo: riégalo para limpiar el polvo, añadiendo al agua un producto que aporte aroma a hierba cortada. El paso final para conseguir un acabado perfecto es repartir arena de sílice sobre la “pradera” (como en la fotografía) y extenderla con un cepillo; así, el césped se fijará y las briznas de hierba artificial quedarán enhiestas.
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