Uno de los problemas que pueden aparecer con cierta frecuencia en nuestro hogar es que se atasquen las tuberías (principalmente del fregadero o del lavabo), algo que resulta muy molesto pero que su solución no es tan complicada como la gente se piensa y nosotros mismos podemos conseguir desatascarlas. Las tuberías se producen cuando por el desagüe caen todo tipo de materiales o elementos que se van acumulando y producen que llegue un momento en el que el agua no pueda fluir correctamente.
Normalmente se pueden desatascar con algún producto químico, aunque si el atasco es importante ya debemos emplear otros métodos ya que eso no será suficiente. Hay unas varillas metálicas de venta en ferreterías que sirven para poder quitar toda la porquería acumulada y que el agua comience a fluir. Este método suele ser el más sencillo si los productos químicos no resultan.
Si el problema es mucho mayor tendrás que proceder a su desatasco con un método más profesional. En primer lugar, quita toda el agua que se haya quedado estancada con un desatascador o también con cristales de sosa y agua hirviendo, aunque ten mucho cuidado de no respirar los cristales ya que son tóxicos. Lo lógico es que el agua empiece a fluir y los cristales acaben con toda la suciedad acumulada.
También puedes optar por desmontar el sifón y atacar el problema directamente para ver en dónde está el atasco y qué es lo que lo ha producido. Para desmontarlo coloca primero un cubo debajo para que cuando quites la tapa se caiga ahí toda el agua que estaba atrapada. Saca toda la porquería con la ayuda de una varilla metálica y abre varias veces el grifo para asegurarte de que el agua ya fluye correctamente.
Como ves, no es muy complicado desatascar las tuberías y lo cierto es que tampoco te llevará mucho tiempo. De todas formas, si pruebas todos esos métodos y el atasco persiste, lo mejor será llamar a un profesional ya que el problema es más grave.