¿Una hamburguesaría no puede ser considerada como un restaurante de diseño? Claro que puede serlo, y sino fijaos en el que os muestro en esta entrada que está situado en Nueva York. Interactive Design se ha encargado de cuidar todos y cada uno de los detalles del mismo para que el cliente no piense que está en un restaurante de comida rápida. La madera del mobiliario, combinada con los colores y una iluminación impecable, adquiere otra dimensión entre botes de ketchup y mostaza.
La experiencia de comer debe ser relacionada con algo que no sólo afecta a los sentidos del olfato y el gusto, también debe influir positivamente en la vista. Eso es precisamente lo que en Rockwell Group han querido lograr trabajando codo con codo con Interactive Design.
Más información en rockwellgroup.com.