Las alfombras árabes están de moda desde hace muchos años. No encajan en cualquier ambiente, eso es verdad, pero año tras año el volumen de ventas de este tipo de complemento se dispara gracias a que mucha gente sigue queriendo tener una alfombra árabe en casa.
En estas alfombras orientales suele predominar la abstracción y la estilización de los temas naturales. Modelos temáticos y geométricos derivados de la influencia de la cultura pitagórica están presentes. Suelen ser de forma rectangular, aunque también las hay cuadradas, hexagonales y circulares.
Las de diseño rectangular suelen tener dos partes claramente diferenciadas: la del borde y la del centro. El borde suele contar con cenefas de diferente anchura, mientras que el centro puede contar con un elemento central que acapara todo el protagonismo o con un dibujo que se va repitiendo.
Las primeras alfombras árabes se fabricaron a mediados del siglo XIII. Tal vez por ello no sólo tienen un valor decorativo, sino también histórico.