El vidrio es un material que se ha instalado en la mayoría de los hogares modernos. Normalmente nunca ha sido considerado como decorativo y su uso se ha limitado a encimeras y paredes. Sin embargo, hay muchas formas de integrarlo en el hogar para darle un aspecto moderno y sofisticado. Sólo hay que tener en cuenta unas cuantas indicaciones para sacarle el máximo provecho posible.
Los reflejos y la luz: Gracias al vidrio, combinado con la luz del sol y los reflejos, podemos lograr que las habitaciones parezcan más grandes y que todo luzca más natural. El vidrio puede ser utilizado para ocultar el brillo y para mejorar los puntos de vista. Es cada vez más habitual verlo en ventanas.
Vidrio en muebles: Podemos encontrarlo en mesas, sillas, espejos… cada vez son más las piezas que lo incorporan. Se puede mezclar con madera, cuero y metales. Es especialmente indicado para estilos urbanos e industriales, aunque también puede formar parte de hogares que buscan el lujo y la ostentación por encima de todo.
Aplicaciones únicas: El vidrio está empezando a utilizarse para crear elementos que no se había visto hasta la fecha. Ahora es normal verlo en el baño y en las cocinas. Paredes de cristal como separadores de dormitorios y cuartos de baño que mantienen la privacidad dejando pasar la luz.
Vidrio para el exterior: Antiguamente sólo se utilizaba en las ventanas para comunicar el interior con el exterior. Hoy en día es muy normal verlo como un material muy utilizado como revestimiento exterior. En centros comerciales se utiliza mucho.
Creatividad: Como siempre, hay que aportar una dosis de creatividad para lograr el efecto deseado. Con el vidrio hay infinidad de posibilidades, por lo que uno no tiene que limitarse a lo que ha visto en revistas o páginas web. Hay que innovar e introducirlo en toda clase de ambientes, aunque yo me decantaría por integrarlo sobre todo en un interior minimalista.