Se aproxima el buen tiempo y es inevitable empezar a pensar en lo mucho que vamos a disfrutar de la terraza o el jardín. Por ello, conviene tenerlo todo a punto, y en ese sentido no sólo es importante contar con las piezas de mobiliario que nos van a facilitar la vida, sino que también hay que prestar atención al mantenimiento que necesitan esos muebles que pasan tantos meses del año a la intemperie.
En este artículo vamos a compartir una serie de consejos para que puedas disfrutar durante el mayor tiempo posible del espacio exterior de tu hogar. ¿Te apetece conocerlos?
El mejor mantenimiento es el «no mantenimiento»
Con lo de «no mantenimiento no me refiero a que evitemos realizar aquellas acciones necesarias para mantener los muebles de la terraza como el primer día. Me refiero más bien a que hay ciertos materiales que son muy agradecidos porque no requieren mantenimiento (o en todo caso un mantenimiento mínimo), como es el caso del plástico, el ratán sintético, el aluminio o el acero. Lo único que te van a pedir es que de vez en cuando los limpies con agua y jabón neutro, y evidentemente también deberías ser lo suficientemente previsor como para tenerlos a buen recaudo durante los meses más fríos del año, lo que implica como mínimo taparlos.
Maderas que requieren poco mantenimiento
Si lo del mantenimiento no va contigo y no quieres complicados, deberías saber que hay ciertos tipos de maderas que pueden mantenerse en buenas condiciones con poco mantenimiento. Es el caso del eucalipto, la acacia y otras maderas macizas que se han ganado el cariño de millones de personas por pedir poco más que agua y jabón neutro. Basta con barnizarlos de vez en cuanto para estirar su vida útil al máximo, siendo la frecuencia de mantenimiento ideal la que te marquen determinadas condiciones como la ubicación de los muebles, el uso que les vayas a dar o las inclemencias meteorológicas que soporten a lo largo del año (no es lo mismo vivir en un lugar en el que apenas llueve en primavera y verano que vivir en un lugar donde las lluvias suelen aparecer con frecuencia).
No hay que olvidarse de las sombrillas
En un país como el nuestro, donde el sol hace acto de presencia durante muchas horas y con intensidad durante los meses más calurosos del año, es normal contar con una o varias sombrillas repartidas por la terraza o el jardín. Dichas sombrillas están expuestas a la lluvia, el polen, el polvo y la suciedad, así que lo mínimo que hay que hacer es lavarlas una vez al año. Eso sí, antes de proceder con la limpieza no olvides consultar la etiqueta de lavado para no llevarte un buen disgusto, y cuando no la necesites guárdala bien en su funda para que no se ensucie de forma permanente, algo que podría afectar al estado del material y al color original de la sombrilla.
Los cojines también importan
Está muy bien cuidar los muebles con un mantenimiento adecuado, pero tampoco debemos olvidarnos de complementos como por ejemplo los cojines, que aunque sean específicos de exterior, también requieren mimos de vez en cuando. Cuando no los utilices almacénalos en un lugar fresco y seco (sí, como la comida que guardas en la despensa), pero antes asegúrate de limpiarlos bien.
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