A lo largo de un nuevo año, algunos propietarios realizan arreglos en sus casas. En ocasiones, los objetivos de mejora no se centran en el domicilio habitual sino en una segunda residencia. En Decorablog compartimos siete motivos frecuentes para iniciar el proceso.
1. Pasar más tiempo en una segunda residencia
Quizá ese destino de vacaciones se convierta, además, en un hogar en el que disfrutar de momentos felices durante los fines de semana y otros periodos del año. En ese caso, la reforma puede centrarse en incrementar la comodidad del entorno para adaptarlo al estilo de vida cotidiano.
2. Conservar un legado familiar
En otras ocasiones, una segunda residencia tiene un importante valor emocional. Así ocurre cuando el inmueble conecta con la memoria de otros familiares queridos que residieron en ese lugar. Pues bien, existe una tendencia frecuente en el proyecto de renovación de edificios que poseen años de historia: conservar algunos detalles de la construcción original. Es decir, alinear su estética con otros elementos renovados y actuales.
Las emociones y los afectos no solo influyen en una decoración personalizada. También pueden motivar el comienzo de una reforma en una segunda residencia que perteneció a una persona cercana.
3. Alquilar una segunda residencia
En otros casos, la compra de un inmueble parte de una decisión financiera. Por ejemplo, el comprador tiene la expectativa de alquilar la vivienda para obtener unos ingresos fijos a lo largo del año. En ocasiones, antes de formalizar el proceso, el propietario quiere hacer algunas mejoras en el entorno para que la oferta sea más competitiva en el mercado del alquiler. Por ejemplo, el inmueble rejuvenece tras la actualización de la cocina y el baño.
La expectativa del alquiler puede complementarse con la alternativa de la venta del inmueble a largo plazo. El precio del mismo aumenta cuando su estado mejora tras algunas reformas.
4. Emprender una nueva etapa en el inmueble tras la jubilación
A veces, una segunda residencia se convierte en la casa habitual después de la jubilación. Tras finalizar su carrera profesional, la persona dispone de una mayor flexibilidad para hacer cambios en su proyecto de vida a corto y medio plazo. Tal vez ha visualizado durante muchos años ese momento en el que el descanso y el tiempo libre adquieren un mayor protagonismo en la agenda.
Pues bien, la reforma en una segunda residencia puede estar motivada por un propósito esencial: mejorar la comodidad y la accesibilidad en la vivienda.
5. Recibir a familiares y amigos durante las vacaciones
Una segunda residencia no solo puede percibirse como ese lugar que se convierte en un agradable refugio personal. También es un entorno de bienvenida. De hecho, la planificación de algunas reformas comienza con el objetivo de preparar el entorno para recibir a los invitados durante algunos días de vacaciones o en fines de semana.
6. Mantenimiento
Una segunda residencia no es la vivienda habitual. Sin embargo, requiere de un seguimiento y un mantenimiento constantes, como ocurre en cualquier otro tipo de edificio. En ocasiones, una nueva visita pone de manifiesto algunas carencias o aspectos que pueden corregirse a largo plazo.
Es decir, las reformas se alinean con el objetivo de incrementar el confort y el bienestar en el entorno. De hecho, son cambios que pueden desarrollarse de manera gradual para que la inversión no genere un verdadero estrés financiero.
7. Atender nuevas necesidades en la familia
Quizá sea necesario adaptar el contexto para atender otras necesidades durante aquellos periodos en los que la familia se desplaza hasta la segunda residencia. En definitiva, existen muchos motivos para hacer reformas en una casa de vacaciones. Estos siete ejemplos muestran algunas de las razones habituales.