El blanco es la elección ideal para pintar las paredes de cualquier tipo de estancia. Un fondo claro, por otra parte, ofrece la ventaja de que destaca todavía más cualquier detalle decorativo. En Decorablog compartimos siete consejos para vestir un espacio creativo, luminoso y elegante.
1. Apuesta por una decoración muy natural
Flores y plantas son ingredientes que poseen un elevado valor ornamental. Es recomendable unificar este tipo de adorno en torno a una zona concreta de la estancia. De este modo, aumenta la sensación de orden en el conjunto de la habitación. Un adorno natural forma el binomio ideal con un mueble bajo. Una combinación que, por otra parte, queda bellamente enmarcada en una pared clara.
2. Paredes en contraste
Pintar de blanco todas las paredes de una estancia es la opción ideal cuando quieres elevar la amplitud y la luminosidad. Sin embargo, el contraste visual entre dos elementos enfrentados permite crear una diferenciación de zonas. Por ello, la decoración de una pared blanca puede estar directamente conectada con un tabique que luce una estética distinta. De este modo, el contraste añade dinamismo y originalidad a la composición final.
3. Predominio de la madera
La madera es el material que imprime la calidez deseada en estancias de estilos diferentes. Con frecuencia, aporta el toque rústico definitivo a una superficie. ¿Cómo decorar una habitación con paredes de color blanco? En ese caso, puedes realzar de forma intencional el predominio de la madera. Es un acabado que forma un binomio elegante con un fondo tan luminoso. Si quieres conseguir un look alineado con el estilo rústico renovado, prioriza el uso del mobiliario en un acabado claro.
4. Composiciones de cuadros
La belleza de la perspectiva artística está directamente vinculada con la decoración del hogar. Las composiciones de cuadros quedan bellamente enmarcadas sobre una pared blanca. Aunque también es posible ceder el protagonismo a una obra de grandes dimensiones que se transforma en el punto focal.
De este modo, la disposición de la pintura despierta la atención de quien se encuentra en la estancia. Pues bien, el espacio vacío es muy importante en la decoración de una pared. Llenar toda la superficie con diferentes adornos produce un elevado ruido visual. Por ello, la cuidada selección de piezas, que se alinean con las características del plano, aporta armonía.
5. Estilo clásico
Las paredes de color blanco se alinean con la búsqueda de la atemporalidad en una estancia. Aportan una belleza que permanece más allá de la irrupción de nuevas tendencias. Por ello, el estilo clásico es la elección ideal en una habitación que muestra una cuidadosa selección de cada detalle.
6. Decoración en tonos claros
En ocasiones, una vivienda con paredes blancas da la bienvenida a una decoración total white. En ese caso, el mobiliario y los complementos mantienen una perfecta sintonía con este tono. De este modo, el resultado final se caracteriza por su continuidad visual. Pues bien, es posible reinterpretar la esencia de esta idea, pero de una forma más flexible. Por ejemplo, combina el blanco con otros tonos claros para vestir una estancia luminosa. El beige es el complemento perfecto para definir los detalles de un proyecto que gira alrededor del blanco.
7. Molduras decorativas
Una pared blanca puede embellecerse con multitud de elementos decorativos: cuadros, láminas, fotografías, espejos… Sin embargo, también puede mostrar su mejor versión desde la expresión de la máxima sencillez. Un diseño con molduras imprime una estética elegante a la estancia. La propuesta aporta forma y relieve a la base en la que se enmarca.
Por tanto, una estancia con paredes de color blanco ofrece múltiples opciones desde el punto de vista decorativo.