El salón es una de las estancias que actualiza su imagen al compás de las diferentes estaciones. Los textiles, por ejemplo, se renuevan en cada periodo para aportar la calidez deseada. La luz es uno de los ingredientes que hace que la zona de estar sea más acogedora y agradable. Por ello, la clave de la decoración reside en potenciar la luminosidad desde el interior. Pues bien, algunos colores, que dan luz y amplitud, favorecen la creación de un look atemporal.
1. Gris claro
El gris puede integrarse en diferentes niveles de intensidad. En su expresión más oscura, posee un mayor peso visual. Por el contrario, un tono claro ofrece diferentes alternativas para crear combinaciones muy luminosas. Por ejemplo, puedes formar una composición integrada por tres ingredientes principales: gris, blanco y rosa. Por otra parte, es una tonalidad que se fusiona perfectamente con diferentes estilos: nórdico, industrial y contemporáneo.
2. Beige
El blanco se integra en paredes, techos, textiles y muebles. En ocasiones, es el tono predominante como refleja un look total white. Sin embargo, la luminosidad de este color también puede reinterpretarse desde otros ángulos. El beige es la alternativa ideal para quienes desean encontrar una opción distinta al blanco, pero que tenga su misma esencia. Los colores oscuros también pueden integrarse en una estancia pequeña. La clave del éxito reside en la creación de diferentes contrastes cromáticos.
3. Dorado
El dorado es una tendencia decorativa que añade un extra de sofisticación a la estancia. Recrea la estética de un entorno lujoso. Con frecuencia, es el acabado elegido para enmarcar detalles tan especiales como un espejo o un cuadro. Aunque es posible intensificar su presencia a través de la incorporación de otros adornos como una bandeja o una escultura. El dorado es un tono muy luminoso en sí mismo. En consecuencia, se suma a la lista de ideas para dar luz al salón desde el interior.
4. Amarillo
Algunos colores se integran visualmente en el paisaje natural, por medio de diferentes símbolos. El amarillo, por ejemplo, es el tono elegido para dibujar el sol en un paisaje. Es un tono que, por otra parte, también puede estar condicionado por algunas supersticiones personales. Conviene puntualizar que el amarillo es uno de los tonos de moda de esta primavera. Transmite una energía positiva que se relaciona con los largos días de luz natural que se amplían durante el verano. Por ello, puedes llevar su magia al interior de tu hogar.
5. Naranja
Algunos tonos producen un efecto rompedor en el contexto en el que se integran. El amarillo pone un acento muy llamativo. ¿Buscas una alternativa al ingrediente mencionado? El naranja es uno de los elementos que ilumina el salón durante todo el año. Utilízalo para realzar un punto focal en la estancia. ¿Quieres que el sofá sea el protagonista?
6. Azul claro
El azul transmite una imagen relajante. Es una tonalidad que los artistas utilizan con frecuencia para realizar cuadros de una temática natural. Es el acabado ideal para reducir el peso visual en elementos grandes como el sofá. También puedes inspirarte en él para dar una estética distinta a una de las paredes que compone el salón. Es una fórmula práctica para establecer una diferenciación entre la zona de estar y el comedor.
7. Tonos tierra
Algunos colores remiten directamente al paisaje natural. Los tonos tierra son característicos del otoño. Imprimen una atemporalidad a la decoración del salón. Ten en cuenta que combinan con otras tonalidades distintas y, en consecuencia, crean la base ideal para una estancia que evoluciona desde el invierno hasta el verano.