Con frecuencia, el color blanco es una opción que se descarta en la compra de este producto, al poner el punto de atención en los posibles inconvenientes derivados de esta tonalidad. Y, sin embargo, este tono tiene fortalezas que ponen en valor el acierto de esta elección, como veremos a continuación en este artículo.
1. El color de los cojines destaca todavía más
Este es un sofá versátil que consigue transformar su aspecto con nuevos complementos. El tono de un cojín destaca todavía más a partir del contraste de este fondo que cede el protagonismo a este tipo de pieza. El sofá aporta luz al salón durante el invierno, una luminosidad que resulta tan deseada para cuidar el estado de ánimo.
Y, por otra parte, es un tono que guarda una perfecta armonía con la vitalidad de la época estival. Por tanto, un sofá blanco es aquel que te permite renovar el look de esta estancia de forma sencilla a través de un cambio tan básico.
2. Blanco sobre blanco
Este tipo de sofá decora salones de múltiples características diferentes. Son muchas las combinaciones que puedes crear a partir de esta posibilidad. Algunas de ellas suman distintos ingredientes. Pero este tono puede convertirse en el protagonista principal de un salón que sigue el esquema blanco sobre blanco. De este modo, el color del sofá establece un vínculo de continuidad en relación con el tono principal de la pared.
Aunque una decoración total white marca tendencia, este es un estilo flexible que se adapta a nuevas posibilidades. Así lo muestra la versión total white soft que añade pequeñas pinceladas de color y muebles de madera clara. El salón es un lugar de encuentro que tiene mucha vida en la rutina diaria. Por ello, dado el nivel de protagonismo que esta estancia tiene en el contexto de la vivienda, es esencial realzar la iluminación.
3. Blanco y negro
Existen personas que decoran el salón con la ayuda de un profesional. Algunas composiciones llegan a ser más complejas cuando se materializan sin la ayuda de este asesoramiento especializado. Y, sin embargo, existen fórmulas básicas que no pasan de moda y dan lugar a un ambiente elegante. Un sofá de color blanco es aquel que mantiene una perfecta armonía con un salón que utiliza este binomio básico para mostrar su mejor versión.
Una decoración formada por el uso del blanco y el negro, estructura un espacio que fluye con elegancia, ritmo y movimiento.
4. Combinar asientos de diferentes colores
La zona de estar del salón no tiene por qué mostrar, únicamente, esta tendencia de color. Es posible diseñar un entorno acogedor al crear un espacio de conversación. En ese caso, un sofá principal puede complementarse con dos butacas. Cada una de estas piezas gira en torno a la mesa de centro. ¿Quieres tener un salón elegante? Un sofá de este tipo consigue este efecto.
5. Multiplica el espacio en salones grandes y pequeños
Existen ideas de decoración que son viables en un salón con muchos metros cuadrados, pero no se adaptan a las características de un espacio reducido. Un sofá de color blanco tiene la tonalidad ideal para incrementar la sensación de amplitud, incluso, en un salón mini.
Por tanto, cada salón refleja el estilo de vida de quienes viven en ese hogar. En algunas ocasiones, un sofá de color blanco plantea más dificultades que ventajas. Sin embargo, también se produce la situación opuesta en aquellas circunstancias en las que esta tendencia resulta cómoda, práctica, elegante y luminosa.
Si uno de tus objetivos decorativos del próximo año es decorar el salón, un diseño de estas características puede inspirarte.