En dos semanas y media nos plantaremos en otoño. Diremos adiós al verano y a unos días de vacaciones que hemos aprovechado para disfrutar y para descansar. Eso se nota en el día a día, porque volvemos a la rutina, pero también se nota en otros aspectos como el de la decoración de tu hogar.
A menos que seas reacio a cambios por el simple hecho de estrenar estación, te recomiendo que prestes atención a las ideas que comparto en este artículo, ya que gracias a ellas podrás presumir de una decoración otoñal que hará que tu casa se convierte en el lugar más cálido y acogedor del mundo.
Flores y más flores
En primavera y en verano es cuando más ganas tenemos de comprar flores, entre otras cosas porque es la mejor época para tenerlas en casa. Eso no significa que tengamos que renunciar a ellas en otoño, ya que los meses húmedos también son propicios para determinadas especies, como por ejemplo la hortensia, la dalia, el jacinto, el crisantemo o el amaranthus. Lo que está claro es que las flores de colores llamativos pierden protagonismo para dejar paso al blanco y al verde. Además, los arreglos hechos con tejidos de color tostado son ideales para esta época del año en la que también hay que dar el visto bueno a las flores secas, que como bien sabes no reclaman cuidados.
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La madera es la gran estrella
En otoño buscamos ese plus de calidez que no queríamos ver ni en pintura en verano. Los colores fríos se despiden y damos la bienvenida a otros tonos que parecen abrazarnos, como es el caso del color natural de la madera. Dicha madera puede ser una madera en bruto, con imperfecciones e incluso con una edad que le permite hablar por sí sola. Esto es especialmente recomendable cuando la decoración que reina en nuestro hogar es rústica o vintage.
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Los textiles se escapan del armario
Puede que muchos textiles no hayan tenido la oportunidad de lucirse durante la primavera y el verano. Me refiero a los plaids, las mantas y las alfombras, que son los grandes olvidados durante los meses más calurosos. En otoño vuelven a sentirse protagonistas y eso es una gran noticia, ya que cualquier estancia puede mejorar una barbaridad gracias a ellos, algo que se nota especialmente en el salón, puesto que el sofá se abriga tanto como nosotros para ofrecernos tardes de confort mientras disfrutamos de nuestra serie favorita.
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Velas y portavelas
Hay piezas decorativas que brillan con luz propia durante los días de otoño. Las velas y los portavelas están dentro de ese saco. Las primeras se dejan ver sueltas o en candelabros, con la posibilidad de transmitir aromas a gusto del consumidor. Los segundos, por su parte, suelen dejarse ver en zonas exteriores durante los meses de verano, pero siempre estás a tiempo de meterlos dentro para sacarles el máximo partido. Si son de madera mejor que mejor.
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Pinceladas de cobre y dorado
Aunque el color típico del otoño es el que se mueve entre el naranja y el marrón, siempre estás a tiempo de añadir un toque de sofisticación a tu hogar decantándote por tonalidades cobre y dorado. Eso sí, no te recomiendo mezclarlas, puesto que el resultado puede ser demasiado brillante. Por increíble que pueda parecer, el cobre es válido para todo tipo de estilos decorativos, aunque la mayoría de elementos que cuentan con dicho acabado nos trasladan a épocas anteriores. El dorado, por su parte, transmite una elegancia que difícilmente se puede conseguir con otro tono que no sea el negro, que como ya sabes tiene el inconveniente de restar mucha luz.
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