¡En el bote pequeño está la buena confitura! ¡¿Es o no es? Eso de pensar que la decoración debe basarse en tres o cuatro piezas decorativas de gran tamaño no debería ser una regla de esas que van a misa, por mucho que los defensores del minimalismo se echen las manos a la cabeza cuando ven un salón decorado con hasta 20 o 25 objetos.
Con esto no quiero decir que lo ideal sea convertir tu casa en una colección de productos como si de una tienda se tratase. Lo que quiero transmitir es que los complementos muy pequeños, si se utilizan bien, pueden ayudarnos a crear ambientes acogedores que no necesariamente se ven demasiado recargados.
Decántate por tonos neutros o céntrate en una gama cromática
Para no cometer un error de los de bulto, lo que no debes hacer es mezclar complementos de varios colores que no tienen nada que ver entre sí, ya que estarás estarás muy lejos de crear una atmósfera relajante y armónica, que probablemente sea lo que estás buscando. A menos que sea primavera o verano y no te importe que haya una explosión de color, tendrás que ceñirte a dos opciones: la de los tonos neutros y la de jugar con los distintos tonos de una gama cromática.
Los tonos neutros son los que nos permiten asegurar el tiro. Puedes combinar jarrones, figuras decorativas o portavelas de tonos como el blanco y el gris para obtener un resultado muy agradable a la vista. Si buscas un toque de color, mejor dáselo con los textiles.
Sobre lo que he comentado de la gama cromática, decir que gracias a ello es posible añadir color a cualquier estancia adaptando la elección a tus gustos o a la época del año. Por ejemplo, si tienes una casa en la playa no es mala idea combinar varios complementos decorativos de tonalidades azules distintas entre sí como jarrones azules de estio marinero. De la misma forma, para crear un ambiente tropical no hay nada como hacer lo propio con el verde.
Colócalos en una mesa de centro
Las mesas de centro son ideales para este tipo de decoración. Si no eres de las personas que apuestan por un jarrón enorme presidiendo la mesa, puede que te convenza la idea de colocar varios jarrones de tamaño pequeño o medio sobre una bandeja o un plato. Lo importante es que sepas mantener las proporciones y que todas esas piezas se lleven bien.
¿Qué tal sobre el cabecero?
Evidentemente, esta es una idea que no es válida para todo el mundo. Para empezar porque no en todas las casas hay cabeceros, y para continuar porque no todos los cabeceros permiten colocar algo encima. Si el tuyo sí que te da la posibilidad de colocar algún que otro pequeño objeto decorativo, no te lo pienses y hazle hueco asegurándote de que no hay ninguna posibilidad de que se caiga mientras duermes al golpear de forma involuntaria el cabecero. Unos portavelas y una guirnalda de luces LED son ideales, como también lo es una pequeña lightbox con un mensaje que te transmita buenas vibraciones antes de dormir.
Cualquier balda es un buen lugar
¿Tienes baldas distribuidas por tu casa? Sobe el mueble del televisor, en el despacho, en la habitación de los niños… Allá donde tengas una balda podrás colocar objetos decorativos de pequeñas dimensiones, que además son más recomendables que los de grandes dimensiones, ya que no es buena idea sobrecargar de peso una balda por bien fijada a la pared que esté.
Hay muebles que te piden decoración pequeña
Los aparadores, los zapateros o las cómodas son esa clase de muebles que uno siempre quiere decorar con piezas que van situadas encima del tablero superior. Dependiendo del tamaño de la habitación en la que esté colocado el mueble en cuestión, es probable que te convenga apostar por algo diminuto, ya que los objetos de gran tamaño hacen que la sensación de espacio de una habitación pequeña se reduzca considerablemente. ¿Un buen ejemplo? Los elefantes de la suerte que van sobre el mueble del recibidor para atraer la energía positiva según el Feng Shui.
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