Las puertas de interior son un elemento fundamental en cualquier hogar. Hay que darles la importancia que se merecen porque no solo cumplen con una función estética, lo que significa que hay que fijarse en una serie de características como el material de fabricación, el grosor o el marco.
El estilo decorativo determina la estética
Voy a empezar por lo estético. Es importante tener en cuenta cuál es el estilo decorativo que va a predominar en toda la casa para elegir unas u otras, ya que no es lo mismo vivir en un ambiente de estilo clásico que hacerlo en uno minimalista.
Si el estilo predominante es clásico o rústico, las molduras son bienvenidas, todo lo contrario que sucede cuando hablamos de estilos decorativos más limpios como por ejemplo el nórdico. En ese caso hay que apostar por un acabado liso, y a poder ser por una tonalidad clara.
Esto último es especialmente importante si las estancias son pequeñas, en cuyo caso se puede estudiar la posibilidad de incorporar ventanillas o cristales para que dejen pasar la luz. No suele ser la solución más atractiva del mundo, pero como mínimo hay que considerarla por la gran cantidad de luz que se puede ganar.
Acabado interior
Dejando a un lado lo que se ve por fuera, hay que decir que el acabado interior es sumamente importante. ¿Por qué? Porque determina la calidad de la puerta. Ésta puede ser maciza, que suele pesar unos 40 kilos y ofrece un gran aislamiento acústico y térmico, o bien hueca, en cuyo caso el peso ronda los 20 kilos y el aislamiento no es tan bueno.
Acabado exterior
El acabado exterior puede ser lacado (fabricada en un tablero de densidad media), de madera natural (fabricada en chapa de madera natural) o de efecto madera (fabricada en un tablero de densidad media).
Marco
Puede parecer un detalle insignificante, pero el marco también juega un papel decisivo a la hora de tomar una decisión de compra. La resistencia a la humedad de las puertas interiores depende de la composición del marco, que puede ser de madera maciza (muy resistente a la humedad), de MDF hidrófugo (bastante resistente a la humedad) o de MDF (no tan resistente a la humedad).
¿Abatible o corredera?
La cosa no acaba ahí. A la hora de comprar una puerta de interior hay que hacerse una pregunta: ¿mejor abatible o mejor corredera? Las abatibles son las más vendidas, aunque la falta de espacio de la que adolecen muchos pisos hacen que las correderas estén ganando adeptos, sobre todo en habitaciones pequeñas y estancias como la cocina o el baño, donde cada metro cuadrado es oro.
Las puertas de interior abatibles pueden ser de una o de dos hojas. Las de dos hojas normalmente solo se colocan en comedores y salones, que es donde hay más espacio. Son vidriadas, de cristal o ciegas y siempre se abren hacia el interior de las habitaciones.
Las puertas de interior correderas, por su parte, se suelen instalar sin necesidad de hacer obra, ya que lo más normal es que se sobrepongan a la pared. Al igual que sucede con las abatibles, las hay de una o de dos hojas, y vidriadas, ciegas o de cristal.
Consideraciones sobre la limpieza
Para terminar, un buen consejo para limpiarlas en función del material. Si son lacadas o con efecto madera basta con pasar una bayeta de celulosa mojada con un poco de agua y secar con un paño de forma delicada. Si son de chapa se recomienda una bayeta de microfibra mojada con agua tibia, y en este caso hay que coger una gamuza para secarla siempre en el sentido de las vetas de la madera.
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