Situado entre viñedos, el hotel Jackalope de Melbourne es sinónimo de elegancia y glamour. Interiores decorados en negro lucen deslumbrantes brillos en dorado y bronce, además de piezas excéntricas que añaden carácter a los ambientes.
Definitivamente, este hotel es único. Una visita obligada para los amantes de la decoración. ¿Quieres descubrir los secretos de Jackalope? En Decorablog compartimos contigo la magia de este hotel. ¡Ya puedes empezar a hacer las maletas!
Historia y modernidad
Los arquitectos de Studio Carr son los responsables de este impresionante hotel de pintoresco nombre. Por cierto, un nombre que nos da una pista importante sobre el estilo decorativo del hotel. Y es que Jackalope es un animal imaginario de Norteamérica (una mezcla de ciervo y antílope). Y así es este hotel, un alojamiento ecléctico que aúna tradición y modernidad.
Antes de entrar en el hotel Jackalope, la belleza paisajística del lugar nos sorprende con unos viñedos que tiñen de verde el horizonte. Construido en lo que antaño era una típica grande del siglo XVIII, el hotel ha sabido conjugar época presente con historia antigua.
Su decoración pretende recrear un taller de alquimista, tal y como demuestran los interiores dominados por sobrios y sofisticados colores como el negro, así como las piezas en elegante cristal. Pero la gran sorpresa decorativa la encontramos en el techo del restaurante. Se trata de una obra de Fabio Ongarato Design que se inspira en la fermentación del vino y que aspira a ser un homenaje a los viñedos de Mornington, la península en la que se encuentra el hotel.
Y es que la decoración de Jackalope es tan rica en detalles que debemos estar muy atentos para no perder de vista ninguna de las muchas sorpresas que esconde este hotel. Algo que se aprecia incluso en los materiales. Madera semi carbonizada en la fachada y en algunas paredes del hotel, matices en dorado, plata y bronce.
Y es que los responsables de la decoración querían que los huéspedes disfrutaran de una experiencia única, de otro mundo. Por ello, recurrieron a la mezcla de materiales nobles, a la irresistible elegancia de los tonos oscuros y a las piezas de diseño que suman carácter a los interiores. ¿El resultado? Una perfecta fusión de tradición y modernidad, que no renuncia a la sofisticación y al glamour.
Lujosas piezas tapizadas en colores oscuros, muebles de diseño contemporáneo y amplios ventanales que conectan con la naturaleza australiana convierten a este hotel en una joya decorativa que merece una visita obligada.
Obras de arte
Aunque la decoración es una buena excusa para visitar el hotel Jackalope, también existen otras buenas razones para dejarse caer por aquí. ¿Nuestras sugerencias? Descubrir la belleza paisajística de la península de Mornington, degustar una copita de vino o asombrarse con las esculturas que se decoran el interior y el exterior del hotel.
Nada más llegar al hotel Jackalope descubrimos una escultura de la artista Emily Floyd que nos da la bienvenida. Ya en el interior podemos deleitarnos con otras obras como la original lámpara de Rolf Sachs, los bustos de Andrew Hazewinkel y el banco con cornamenta de ciervo de Rick Owens.
Así es este hotel, un universo asombroso que sumerge a los huéspedes en toda una experiencia decorativa. Diseño, arte, interiorismo, modernidad y tradición se esconden tras los muros de este encantador hotel, cuya arquitectura desvela el pasado de una antigua granja con extraordinarias vistas. En otras palabras, mucho más que un alojamiento, una experiencia turística, decorativa y gastronómica. Las fotos que acompañan a este artículo hablan por sí mismas. ¿Qué te parece la decoración?
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