Aunque cada estancia de la vivienda posee unas particularidades específicas, existen factores comunes que intervienen en el proceso de decoración del salón, el recibidor, el baño, el comedor, la cocina, el dormitorio… En Decorablog enumeramos esos ingredientes que no pasan desapercibidos.
1. El color
Es uno de los elementos que define la perspectiva de un espacio que presenta distintos matices a nivel cromático. En ocasiones, la combinación elegida utiliza tonos muy similares que elevan la continuidad visual en la estancia.
En otros casos, los tonos empleados reflejan la belleza de contrastes muy marcados. Los colores muy llamativos y la atemporalidad del blanco también pueden integrarse en el proyecto creativo.
2. Proporción
La imagen de una estancia cambia cuando está amueblada. La búsqueda de la proporción forma parte de la elección de muebles que mantienen una sintonía con el contexto. Sin embargo, esta perspectiva va más allá del volumen, el tamaño o la forma que describe la estructura de un armario, un sofá o una mesa auxiliar.
La proporción también incide en el uso del color. Por ejemplo, potencia la armonía en la combinación de estampados que aportan tanta personalidad a un entorno.
3. Iluminación
La luz, como factor clave en decoración, destaca más allá de su perspectiva natural. De hecho, los diferentes tipos de iluminación proporcionan la atmósfera deseada en habitaciones, salones, cocinas, pasillos o recibidores.
La combinación de colores y la proporción ponen el acento en la estética de un lugar. Aunque también inciden en sensaciones vinculadas con el hogar. La parte del proyecto que concreta los detalles de la iluminación produce un efecto en la calidez de la estancia. De forma inmediata, hace que el contexto sea todavía más acogedor.
Por este motivo, las lámparas que visten salones, dormitorios, cocinas o recibidores pueden marcar la diferencia en el look final.
4. Punto focal
Todas las estancias, más allá de sus medidas o su iluminación, requieren de un buen punto focal. Es decir, ese ángulo debe estar presente en el recibidor, pero también en el salón. Tiene una gran visibilidad en el plano. Y aporta una referencia significativa en diferentes decisiones que componen el proceso de decoración.
Por ejemplo, la distribución del espacio, la elección de los colores o la ubicación de los complementos debe tener en cuenta cuál es el punto focal que muestra la perspectiva más atractiva de la estancia. Es decir, debes identificar ese ángulo que destaca por su visibilidad.
5. Espacio vacío
Una estancia completamente vacía muestra la imagen de un espacio que todavía no ha definido su estilo. Pero el objetivo que se centra en decorar una habitación requiere de un orden y una excelente planificación. La organización que compone las distintas fases del proyecto se alinea con unas prioridades.
De este modo, los muebles y complementos visten el salón, los dormitorios, el despacho o la zona de estudio. Esos elementos ocupan una posición en el espacio. Pero no se trata de llenar toda la superficie: el vacío es determinante por su influencia positiva en la estética del lugar y, también, por su relación con la seguridad.
6. Funcionalidad
Si la decoración de una estancia se centra únicamente en la estética, es probable que el entorno no resulte muy cómodo. La funcionalidad es un factor clave en la planificación de cada una de las zonas de la vivienda. Por ello, la practicidad no se sitúa en un segundo plano en un proyecto decorativo.
7. Seguridad
La estética potencia su mejor versión sobre la base del sentido práctico de la decoración. Del mismo modo, la seguridad es el factor prioritario en cualquier estancia. Por ejemplo, es esencial prevenir posibles caídas causadas por fallos innecesarios.