Hacer una reforma en el hogar es un plan de acción lo suficientemente importante como para pensar, previamente, en cuál es el mejor modo de materializar ese propósito a partir de las características del propio hogar. Estos son seis aspectos básicos que puedes considerar.
1. Elección del momento
Una reforma condiciona el estilo de vida de la familia. El periodo de vacaciones puede ser especialmente propicio para comenzar con ese proyecto en un momento en el que el protagonista tiene una mayor disposición de tiempo para hacer un seguimiento del trabajo realizado por los especialistas.
2. Presupuesto
El coste de una reforma es un criterio básico en relación con la contabilidad familiar. En torno a este presupuesto conviene elegir los materiales de la reforma y priorizar aquellos puntos a los que se quiere dedicar una mayor inversión. Ajusta la inversión a tus propias posibilidades sin dejarte condicionar por aquello que observas en casas de revista.
3. Estilo
¿Cuál es el nuevo estilo que te gustaría dar a tu casa para que cada estancia mantenga su propia esencia pero siempre en armonía con el entorno? Esta es una de las primeras decisiones que conviene concretar para definir las cuestiones de interiorismo desde las características principales de la tendencia elegida. Uno de los estilos que marca tendencia es el nórdico porque la gama cromática dominante en este tipo de espacios refuerza la luz natural desde la sencillez.
4. Licencia de obras
Cumple con la normativa vigente en el lugar en el que se va a llevar a cabo la reforma para comenzar el protocolo de transformación del hogar contando con todos los permisos necesarios para ello. Además, contrata a un equipo profesional para ocuparse del proyecto. Consulta información sobre esa empresa a través de internet, así como puedes consultar referencias en tu entorno más cercano. Comienza este proyecto firmando un contrato de obra en el que consten los puntos básicos del acuerdo.
Por ejemplo, este documento puede regular datos relativos a la fecha de la obra o las cláusulas inherentes a su formalización. Si surge cualquier duda durante el proceso de obra en una de las partes esta fuente de consulta se convierte en la mejor herramienta para resolver cualquier cuestión.
5. Objetivos
Un proceso de reforma muestra la distancia que separa el estado actual de la casa de un nuevo estado deseado en el que la imagen actualizada ofrece unas ventajas añadidas respecto de la situación previa. Si tienes pensado hacer una reforma concreta cuáles son tus motivaciones para emprender este propósito. Estos objetivos te ayudarán a tomar las decisiones adecuadas durante el proceso de reforma.
6. No sacrifiques la comodidad por la estética
Durante el proceso de decoración de una casa es habitual consultar inspiración en catálogos de casas de ensueño. Sin embargo, aquel mueble que tanto te gusta en esa casa puede no ajustarse a la estética de tu hogar. En ese caso, por mucho que te guste una opción, desiste si esa estética afecta al propio confort que te aporta una idea.
Por ejemplo, las cocinas con una isla central aportan una estética visual muy novedosa a las cocinas, sin embargo, esta ubicación central no es aplicable a todo tipo de cocinas. Así que por mucho que te guste esta idea, es inviable si no dispones del espacio práctico para su localización.
Refuerza la belleza de tu hogar identificando cuáles son las fortalezas que te gustaría resaltar por medio de la decoración.
7. Diferencia entre un interiorista y un decorador
Si la reforma requiere de cambios que afectan a la propia estructura del inmueble, entonces, el interiorista está habilitado para tomar estas decisiones. El decorador embellece la estancia a partir del estudio del espacio y la luz, pero no tiene esta competencia de hacer cambios más profundos.