La estética de una cocina transmite un ambiente muy relajante cuando recuerda a la imagen de una casa situada en el campo. Una inspiración que puede trasladarse incluso a la gran ciudad. ¿Cómo dar un toque campestre a este escenario? Te damos algunas ideas.
1. Botes de cristal con tapa metálica
La organización y el orden son conceptos que adquieren una gran visibilidad en el contexto de un proyecto de reforma. La planificación del lugar realza el confort y la amplitud en la estancia. Los tarros de cristal tienen un formato práctico para guardar diferentes ingredientes. El material transparente permite observar el contenido interior del envase. Los botes pueden situarse en estanterías abiertas colocadas en una de las paredes de la cocina o, por el contrario, en el interior de un armario.
2. Frutero a la vista
Existe una diferenciación entre aquellos elementos que adquieren una gran visibilidad en el entorno y otros detalles que están dentro del mobiliario. Todo aquello que se percibe visualmente aporta color al conjunto. La cocina es un lugar multifuncional y versátil. Pero, en esencia, este es el entorno que está vinculado con la alimentación y la elaboración de recetas saludables.
Los tipos de fruta de cada temporada están muy presentes en la cesta de la compra. Es posible dejar varias piezas en un frutero que, además de poner un acento decorativo, recuerda que es importante consumir estos alimentos cada día.
3. Servilletas de cuadros
Los productos textiles también son muy importantes en el conjunto de la estancia. De hecho, el color o el estampado que muestra la tela ayuda a definir el estilo principal de la estancia. Los manteles y servilletas de cuadros imprimen un aire campestre a la habitación.
Destacan por su aire tradicional, su máxima sencillez y su atemporalidad. Además, son perfectos para integrarlos en la vida cotidiana del hogar, en lugar de reservar su uso, únicamente, para ocasiones especiales. Las servilletas de cuadros adornan la mesa.
4. Flores y ramas verdes
La conexión con la naturaleza es una de las características que identifica a un inmueble que está situado en el campo. En ocasiones, es posible percibir el paisaje natural desde la ventana que enmarca la zona del fregadero. ¿Cómo llevar la esencia de lo natural hasta el corazón del hogar?
Embellece algún rincón de la cocina con un detalle floral que dé color al conjunto. Las ramas verdes también producen este agradable efecto. Puedes utilizar dos o tres jarrones pequeños para crear una composición integrada por varios elementos que adornan la encimera o la isla sin recargarla.
5. Un toque rústico: la madera es la protagonista
El estilo rústico es el elegido por muchos propietarios de inmuebles que quieren disfrutar de un espacio en el que la madera es el elemento principal. Un acabado que pone el acento en distintas partes de la estancia, por ejemplo, en el suelo, en los muebles o en el techo. Una mesa de madera puede completar la composición del lugar. Se convierte en el entorno ideal para compartir momentos de calidad con los seres queridos.
6. Azulejos blancos
La elección de los azulejos es clave para imprimir en el lugar una estética determinada. Existe un tipo de azulejo que recuerda a la esencia de la decoración rústica: el azulejo tipo metro. Un formato que tiene un gran protagonismo en la actualidad. Un diseño en color blanco ilumina desde el interior. Las paredes que muestran este look son perfectas para conseguir el objetivo descrito en el artículo.
¿Qué otras ideas quieres aportar para dar un toque campestre a la decoración de una cocina situada en el pueblo o en la ciudad?