El recibidor y el salón son dos estancias muy diferentes, sin embargo, suelen estar muy unidas. Incluso cuando la primera no se integra directamente en la segunda, existe una continuidad visual entre ambas. El recibidor simboliza, como bien sabes, la llegada al hogar. Y, desde ese ángulo, es habitual que se perciba la decoración del salón. Por este motivo, es recomendable buscar la armonía entre dos zonas distintas, pero complementarias. En Decorablog compartimos seis consejos.
1. Paredes en el mismo color
La decoración de las paredes del salón y el recibidor ofrece múltiples posibilidades a nivel creativo. Es en este punto en el que conviene poner una atención especial para buscar la coherencia decorativa por medio de un ingrediente común. Por ejemplo, cuando las paredes lucen un acabado claro, se multiplica la sensación de amplitud desde la entrada a hogar.
2. Mismo estilo decorativo: rústico, nórdico, minimalista o contemporáneo
Un mismo hogar puede enmarcar diferentes propuestas a nivel estético. Sin embargo, un buen hilo conductor refuerza la continuidad visual en la decoración del recibidor y el salón. Por esta razón, es recomendable buscar un mismo estilo para realzar la belleza de la entrada a casa y la zona de estar.
La madera puede representar el toque predominante en un ambiente rústico. El blanco es un acierto en una composición nórdica. Los muebles de líneas rectas son ideales para amueblar un entorno contemporáneo. La cuidadosa elección de los detalles esenciales marca la diferencia en un recibidor y un salón que apuestan por el minimalismo.
3. Decoración abierta o puerta con vidrieras para delimitar espacios
En ocasiones, el recibidor se integra directamente en el salón, es decir, representa una zona más de la estancia. En otros casos, hay una puerta que establece una separación objetiva entre ambos planos.
En ese caso, la elección de este elemento es clave para reforzar la continuidad visual por medio de un formato que, aunque delimita cada superficie, alimenta la conexión. Una puerta con vidrieras es un buen ejemplo, sencillamente, a través de ella es posible observar la decoración que se encuentra al otro lado.
4. Muebles auxiliares y complementos: esenciales en ambas estancias
El salón y el recibidor, aunque diferentes, pueden nutrirse con las mismas fuentes de inspiración. Como hemos mencionado, es posible destacar un mismo estilo decorativo desde la entrada al hogar. Además, las paredes o el suelo pueden lucir un acabado idéntico para enmarcar el conjunto de manera coherente.
Finalmente, hay que añadir que los muebles auxiliares son indispensables para completar la belleza decorativa del entorno. Y algunas piezas son muy versátiles ya que quedan bien en ambas superficies. Por ejemplo, una cómoda, una lámpara de sobremesa, un espejo…
5. Visión de conjunto: el recibidor y el salón se complementan
La planificación de la decoración del recibidor o el salón pueden abordarse desde la visión de conjunto que aporta un enfoque unificado en la toma de decisiones. La mirada holística del entorno no solo puede centrarse en la parte estética, que se percibe por medio de los colores y formas, sino también en la funcionalidad y el análisis de necesidades. Ten en cuenta que el recibidor puede complementar con su practicidad la composición del salón.
6. Que el salón sea un punto focal que se percibe desde el recibidor
Como hemos mencionado, incluso cuando el recibidor no se ubica directamente en el salón, es posible que la zona de estar se perciba desde la entrada al hogar. En consecuencia, la estancia puede enmarcar un punto focal que se disfruta a nivel visual desde esta perspectiva.
Por tanto, el salón y el recibidor son zonas diferentes que, sin embargo, se nutren mutuamente por medio de la búsqueda de la coherencia decorativa.