El mundo de la decoración es apasionante, por lo menos para quienes nos dedicamos a ello. Nos ofrece un sinfín de posibilidades para dar forma a nuestro hogar dependiendo de nuestros gustos y necesidades, lo cual se convierte en todo un reto.
Ese reto puede parecer más sencillo de lo que es por los consejos que solemos leer en páginas web como Decorablog, donde hemos compartido en más de una ocasión los que menciono a continuación por enésima vez. ¿Preparad@ para descubrir América?
Potencia la luz natural
Somos pesados con lo de la luz natural, ¿verdad? ¿Qué pasa si vives enfrente de un bloque que anula todas las horas de sol? En ese caso no hay luz natural que valga y no es el fin del mundo. Aunque es verdad que no hay nada como la luz que proviene del astro rey, hay que aprender a sobrevivir con luz artificial creando atmósferas cálidas o frías en función de lo que busquemos para cada estancia.
Si ya te has comprado un piso y tiene poca luz natural, o aprendes a convivir rodeado de lámparas o tendrás que cambiarte de casa, lo cual no suele ser tarea fácil. Se pueden hacer muchas reformas para cambiar infinidad de cosas, pero el tema de la luz viene de serie y suele ser inamovible, a menos que por encima no tengas nada y puedas instalar tragaluces o claraboyas.
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El blanco es el mejor color del mundo mundial
Para qué se matará esta gente de Pantone buscando el color del año de entre cientos y cientos de tonos distintos. Las revistas de decoración, que se hacen eco de su popular elección, tiran por tierra todo ese trabajo de investigación recomendando el blanco año tras año en todos los artículos que publican.
Es el color que nunca falla por lo que es capaz de transmitir: luminosidad, amplitud y sensación de limpieza. Además, combina con todo y es muy difícil cansarse de él. Sin embargo, quienes buscan algo de aliciente optan por cambiar y olvidarse del blanco por muchas variantes que ofrezca. Los más conservadores se van a otro tono neutro como puede ser el gris, mientras que los más atrevidos apuestan por colores más vivos, entre los que podemos diferenciar variedades en función del acabado, que puede ser mate, brillante, pastel…
Menos es más
El consejo que se basa en el «menos es más» es idílico. Idílico y utópico en algunos casos. En pisos de 50 metros cuadrados como los que se estilan hoy en día no es nada fácil ser un referente del minimalismo. Es muy fácil promulgarlo cuando tienes un caserón de 150 metros cuadrados y compartes fotografías en las que pareces un decorador profesional. La vida es más fácil cuantos más metros cuadrados tienes, sobre todo cuando se trata de decorar.
Estoy de acuerdo con el leitmotiv del minimalismo, faltaría más. Eso sí, proporcional al espacio y al número de personas que conviven bajo un mismo techo. Al número y al tipo, porque en una casa con niños ser representante de dicho estilo decorativo es una quimera. Por muy ordenados que sean los peques, hay doscientos millones de juguetes que hay que guardar en alguna parte.
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Los textiles aportan calidez
Si nos tomáramos al pie de la letra el consejo que relaciona los textiles con la calidez, nuestra casa tendría más textiles que una tienda de decoración especializada en la materia. Podemos rodearnos de alfombras, cojines, mantas, plaids… ¡y hasta tapices de macramé para vestir las paredes! Todo para sentir que nuestro hogar es un lugar tremendamente acogedor.
Esto es especialmente cierto en los meses de otoño e invierno, cuando nos preparamos para el frío siberiano aunque nunca estemos por debajo de los cero grados centígrados. Es, en parte, una gran excusa que buscamos para planear una tarde de peli y manta que solo exige un par de esfuerzos: el de hacer palomitas y el de ir a por agua para calmar la sed provocada por las palomitas.
Lo natural se lleva: flores y plantas por todas partes
¿Alguna vez has escuchado que lo natural no se lleva? ¡Nunca! ¿Quién va a ir en contra de algo tan bonito y puro como la naturaleza? De toda la vida se han llevado las flores y las plantas como principal exponente de lo que no pasa por las fábricas chinas que producen millones de productos de decoración al año. También se habla de las fibras vegetales y otros materiales ecológicos a los que no siempre se les da forma artesanalmente, más que nada porque la mayoría de empresas buscan reducir costes y no pueden permitirse el lujo de pagar por el trabajo de personas que tienen que dedicarle muchas más horas que una máquina para hacer algo «parecido».
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¡DIY hasta el infinito y más allá!
Da la sensación de que si no eres un manitas estás perdido. El concepto DIY, que son las siglas de Do It Yourself, se ha extendido como la pólvora y ha llegado a todos los rincones del mundo para exhibirse en redes sociales como Pinterest o Instagram, donde es muy fácil encontrar manualidades por las que más de uno está dispuesto a pagar mucho dinero. Es lo que tiene la exclusividad.
El DIY también se ha puesto de moda por ser uno de los principales valedores del reciclaje, al tiempo que ha ganado adeptos por el simple hecho de permitirnos ahorrar dinero. No es lo mismo comprarlo que hacerlo. Le dedicas más horas, pero te sale bastante más barato. ¿He dicho bastante? Lo retiro… Hoy en día, con tiendas tipo AliExpress, encuentras auténticas gangas. Eso siempre y cuando no priorices la calidad, claro, porque no puedes esperar productos increíbles a precios de saldo por muy malas que sean las condiciones a las que se ven sometidos muchos trabajadores del sudeste asiático. Más que nada porque la calidad de los materiales empleados deja mucho que desear y hace que cualquier tipo de comparativa, dejando al margen el precio, sea especialmente odiosa para esos gigantes chinos que solo pueden seducirnos por los números.