Personalizar la decoración del hogar es el objetivo de quienes desean hacer propio un espacio. Existen algunos consejos básicos que pueden guiarte en este proceso. A continuación, compartimos algunos ejemplos.
1. Originalidad
Tú eres único y tu familia también imprime este carácter auténtico al espacio. Si este inmueble da la bienvenida a nuevos inquilinos en el futuro, ellos transformarán el lugar desde su punto de vista. Eso significa que cada espacio es versátil porque está alineado con las expectativas de quienes viven allí. Por tanto, añade este toque original a la decoración de tu casa. Inspírate en las tendencias, pero no te olvides de reinterpretarlas desde tu gusto personal.
Aunque una estancia te resulte tan familiar que creas que ya conoces todos los detalles de memoria, ese espacio puede transformarse desde tu punto de vista.
2. Más allá de la estética
Existen distintos elementos que adquieren un valor ornamental en la vivienda. La función estética es positiva porque hace que un entorno sea más agradable. Pero un elemento bonito también puede tener un significado emocional. De este modo, ese tipo de ornamentación personaliza el interior de un hogar con tanta vida.
Y esos elementos son el reflejo de la historia vivida. Por ejemplo, fotografías de seres queridos, cuadros de artistas locales, muebles heredados y regalos decorativos. Pon en práctica esta perspectiva, especialmente, en el salón y en el dormitorio. Para personalizar un espacio no solo es importante añadir elementos que han sido cuidadosamente seleccionados, sino que también es recomendable quitar aquellos que no aportan un valor. Incluso, quizá afecten de forma negativa al entorno si generan ruido visual.
3. Decoración práctica
Un espacio puede ser muy bonito y, sin embargo, no adaptarse a aquello que tú necesitas. Una casa que te ofrece el confort deseado en el día a día es aquella que presenta una composición práctica. La estética de cada lugar es el reflejo de un estilo de vida. Las necesidades cambian y evolucionan también en el marco del propio hogar.
Por ello, realiza los cambios esenciales en este escenario. Para personalizar un espacio que se ajuste a tus prioridades, reflexiona previamente sobre cómo es tu día a día en ese hogar. Y, después, da forma a esa realidad a través de las decisiones que tomes durante el plan de acción.
Por tanto, la combinación de la función estética y la perspectiva práctica son esenciales en este contexto.
4. Evita una decoración plana
Rompe con lo previsible de un espacio. Añade algún elemento rompedor a ese lugar. Aquel que tal vez se convierta en el centro de atención a simple vista. Crea una casa con mucha personalidad por medio de la planificación de un espacio que integra un perfecto conjunto de mobiliario, complementos y accesorios.
La primavera te ofrece una ocasión única para embellecer tu hogar con algún detalle personal. Este periodo del año añade un nuevo paisaje al interior de la casa, que es un reflejo de tu propia evolución personal.
5. Emociones que producen bienestar
La disposición del entorno influye de forma directa en el estado de ánimo de la familia. Un lugar ordenado y luminoso, por ejemplo, propicia el bienestar. La situación opuesta, por el contrario, genera sensación de caos. Por ello, al personalizar la decoración de tu casa también puedes valorar cómo te hace sentir una estancia.
Aquellos detalles que alimentan la ilusión, la alegría y la calma son muy positivos en este escenario. Por el contrario, aquello que bloquea este estado de ánimo no merece este nivel de protagonismo. ¿Qué te hace sentir bien a ti cuando estás en casa? Crea ese entorno por iniciativa propia y convierte esa experiencia en un regalo.