Decorar a través de la luz no es fácil. Son muchas las dudas que nos asaltan cuando tratamos de planificar la iluminación de algún espacio, y con el comedor también sucede. ¿Es mejor instalar luces generales o puntos de luz focalizados? ¿Cómo hay que iluminar la mesa? ¿Qué tipo de lámparas son las más adecuadas para este espacio?
El post de hoy pretende poner algo de luz (y nunca mejor dicho) en este complejo asunto, para ayudaros a decidir qué y cómo iluminar. En cualquier caso, la solución al problema pasa por reflexionar sobre el espacio en cuestión.
¿Qué tipo de luz necesitamos?
Uno de los aspectos que más nos preocupan a la hora de instalar las lámparas en el comedor es el de qué tipo de iluminación elegir: si debemos dotar al espacio de una luz general, o si necesitamos mejor una iluminación focalizada. La clave está en decidir la jerarquía visual que queremos imponer. Si aquello que reciba más luz atraerá antes nuestra atención, tenemos que saber cuáles son los puntos que nos interesa resaltar.
La iluminación general hace destacar los espacios, la arquitectura, mientras que las luces puntuales se usan para subrayar objetos o zonas muy determinadas. Una vez tengamos claro dónde vamos a poner el acento lumínico, será más fácil decidirnos por algún tipo de luz, o por los dos.
Una lámpara sobre la mesa
Llegados al capítulo de la iluminación de la mesa del comedor, es importante aportar una cantidad de luz suficiente sobre los rostros de los comensales sin que resulte molesta, por lo que lo mejor es elegir luminarias con cierto componente de luz lateral indirecta.
Las lámparas de suspensión quedan espectaculares colgando sobre la mesa, pero es necesario acertar con la distancia. Ha de estar lo suficientemente baja como para aportar la luz necesaria, pero sin que interfiera en la visión de las caras cuando los comensales se levanten de las sillas. Además, si la ponemos demasiado alta, corremos el riesgo de que se vea la bombilla cuando estamos sentados, lo que resulta muy desagradable.
Como regla general hemos de dejar de 60 a 80 cm. desde la superficie de la mesa, pero esta distancia dependerá también del tamaño de la mesa a iluminar.