El tiempo en una segunda residencia tiene un importante valor emocional. La estancia suele disfrutarse durante periodos de vacaciones y fines de semana. Sin embargo, a la propia inversión que supone la compra del inmueble, hay que sumar el proceso de decoración. ¿Cómo vestir y preparar la vivienda con un presupuesto bajo? En Decorablog te lo contamos.
1. Análisis de necesidades esenciales: prioriza la máxima funcionalidad
La esencia de una segunda residencia es distinta a la vivienda habitual. En este caso, es fundamental priorizar un número de objetivos específicos. Visualiza tu estilo de vida en el lugar, las emociones que te gustaría experimentar y la rutina que quieres llevar a cabo. Y prepara el entorno atendiendo, principalmente, al criterio de la practicidad. Actualmente, existen todo tipo de soluciones para incrementar el confort como, por ejemplo, los muebles multifuncionales.
2. Muebles de segunda mano, muebles baratos y diseños restaurados
Si quieres reducir el presupuesto en la decoración de una segunda residencia, decide en qué elementos quieres invertir más y en qué ingredientes vas a optar por productos con un coste más sencillo. La oferta de alternativas es extensa puesto que puedes poner el foco en los muebles de segunda mano, en aquellos catálogos que ofrecen artículos que se diferencian a través de un precio asequible y, por supuesto, en diseños restaurados que tienen una nueva vida por medio de un proceso de transformación.
3. Un toque ecléctico
Si te ciñes a un estilo de decoración muy concreto, necesitas priorizar aquellos elementos que combinan con la estética seleccionada. Por el contrario, si aportas un toque más ecléctico a una segunda residencia, abres el campo de posibilidades a nivel creativo. Es decir, puedes jugar con los contrastes, hacer mezclas llamativas e integrar distintos recursos en el puzle de la decoración final.
Ese toque ecléctico es clave para aprovechar con acierto distintas alternativas que encuentran un hilo conductor cuando se enmarcan en un escenario que se nutre con la influencia de varias tendencias.
4. Mezcla lo nuevo con lo antiguo
La decoración se enriquece a través de la mezcla y la atención al detalle. En definitiva, puedes crear una combinación atractiva a través de detalles antiguos y otros nuevos que se complementan perfectamente. De hecho, el gusto por una estética envejecida es una verdadera inspiración que se recrea de manera intencional por medio de distintas técnicas.
Por otra parte, un mueble con un aire antiguo conecta con la dimensión del paso del tiempo y la historia. A su vez, su diseño luce una estética más actualizada cuando se integra en un escenario con muebles más modernos.
5. Cuidada selección de complementos para cada estancia
La base de la decoración de una segunda residencia puede ser muy sencilla. Sin embargo, esta se actualiza a través de los complementos. Es decir, integra una cuidadosa selección de accesorios en las estancias principales: recibidor, salón, comedor, dormitorios… No se trata de llenar el espacio con un montón de ingredientes, sino de poner atención en lo concreto. Por ejemplo, crea una base neutra y añade colores más vistosos por medio de los adornos y complementos.
6. Afronta la decoración de la segunda residencia como un proceso a largo plazo
Ten en cuenta que, al igual que ocurre en tu vivienda habitual, el espacio irá tomando forma poco a poco. Es decir, no es necesario que todo esté completamente definido desde el primer instante. De hecho, el tiempo de vida en ese entorno y la interacción con el lugar te ofrecen las claves para dotar a cada estancia de los medios y recursos esenciales. En definitiva, tras preparar la base, tendrás la posibilidad de enriquecer el interior con otras medidas a medio o largo plazo.