Mantener las puertas como el primer día es fundamental para evitar problemas de deterioro. Además, no da muy buena imagen que tus puertas transmitan una sensación de abandono. Para conseguir que estas se beneficien de unos cuidados adecuados, lo más importante es que sepas de qué material están hechas:
– Chapa de madera: Tendrás que utilizar productos que no sean aguarrás, disolvente y detergente, pues estos están terminantemente prohibidos. Lo ideal es pasarles un paño o una esponja mojada con agua tibia. No es recomendable dejar que se seque al aire libre, límpiala con la ayuda de una gamuza y en el sentido de las vetas de la madera.
– Lacadas: Prohibida la utilización de productos de limpieza abrasivos. Una bayeta de celulosa humedecida con jabón neutro y agua tibia es lo que recomiendan los especialistas. Hay que secarla a conciencia con una gamuza de algodón o con un paño muy suave que no dañe la superficie.
– Cristal y PVC: Si las puertas son de cristal, lo mejor que puedes hacer es aplicar uno de los muchos limpiacristales que podrás encontrar en el mercado. Debe ser suave y sin agentes abrasivos. Si es de PVC y la suciedad no es profunda, te bastará con una bayeta de celulosa humedecida con agua tibia y jabón neutro. Para secarla lo mejor es utilizar una gamuza.
– Madera maciza: Es prácticamente el mismo proceso que el que se sigue con las de chapa de madera. Sin embargo, podemos añadir cera virgen para muebles para conseguir un mejor resultado. Hay que cubrirla con una capa fina y no dejar que se seque completamente. Se abrillante con un paño limpio y suave.