Puede que alguna vez te hayas planteado la cuestión de por qué normalmente las paredes de casa se pintan de blanco o por qué hay mucha gente que suele elegir muebles en tonos muy claritos para decorar su casa. Y es que el color blanco más que ser objeto de una moda para decorar el hogar es una tonalidad que tiene muchas utilidades para la casa.
En primer lugar, el blanco es un color que sirve para dar más luminosidad y sensación de amplitud a un hogar. No hay nada como entrar en una habitación excesivamente pequeña y que nuestros sentidos piensen que es más grande de lo que es en realidad porque las paredes están pintadas de blanco y combinan con muebles en tonos crudos.
La luz se refleja en el color
Como ya se ha dicho anteriormente, el blanco aporta luminosidad a un hogar. Pruébalo pintando las puertas y el techo de blanco y combinándolo con colores crudos en las paredes. Notarás cómo la luz se refleja y la estancia cambia por completo.
Además, el color blanco suele transmitir limpieza. De ahí que los lugares públicos como los hospitales estén pintados generalmente de color blanco, ya que han de ser los lugares por excelencia en los que debe abundar la limpieza.
Por otro lado, existen distintas tonalidades de este color. Marfil, blanco roto, crema, blanco hueso. No necesariamente has de decorar tu casa del típico blanco, también puedes ir combinándolo con otros colores para darle un toque más moderno a la vivienda.
Y si por cualquier circunstancia no quieres pintar las paredes de casa de blanco y te decantas por, por ejemplo, el naranja o el verde, siempre puedes comprar un revestimiento en blanco para el sofá o para la cama. Así centrarás la mirada del visitante en el mueble principal de la habitación, al tiempo que le das un toque extra de color a la estancia.