Las sensaciones que experimentas en un espacio no son permanentes. Pueden producirse cambios en la percepción de un lugar. Generalmente, el hogar es el entorno que simboliza la calma y el bienestar. Una decoración práctica y funcional mejora la calidad de vida. ¿Cómo conectar con la decoración de tu hogar cuando no te gustan algunas de las cosas que ves a tu alrededor? El entorno no tiene que ser perfecto, la casa experimenta un proceso de cambio constante. ¿Cómo conectar con todo aquello que te rodea?
1. Dirige la atención hacia los aspectos que te encantan
El plan de decoración puede ayudarte a dirigir la atención hacia las cualidades que quieres potenciar. Cuando eliges un punto focal, otros detalles que te gustan menos pasan más desapercibidos. Ten en cuenta que adquieren una menor relevancia en el contexto.
2. Elimina algunas de las cosas que solo ocupan un espacio valioso
Algunos elementos no aportan funcionalidad, estética o valor emocional. Quizá haya llegado el momento de dar una nueva vida a esos ingredientes que llenan el espacio de forma innecesaria. Por ejemplo, si tienes una gran biblioteca, tal vez puedas donar aquellas obras que no despiertan tu interés.
Contacta con distintas instituciones para consultar las condiciones solicitadas en la donación de libros. Puedes aplicar este criterio a otros objetos que forman parte de tu casa y potencian la acumulación de cosas.
3. Hazte algún regalo de decoración: el valor de los complementos
Otras personas pueden sorprenderte con detalles decorativos durante la Navidad, en el cumpleaños o en la fiesta de inauguración de una casa nueva. Es un bonito gesto que tú también puedes tener contigo mismo en algún momento concreto. El autorregalo, cuando se alinea con una experiencia de compra consciente, aporta emociones muy agradables. Es una sorpresa que alimenta la autoestima personal: eleva la conexión con uno mismo y con el entorno.
4. Integra la belleza natural en todas las estaciones
Por ejemplo, planifica una decoración que intensifica la luminosidad en la cocina y el salón. Además, utiliza flores naturales o artificiales para añadir notas de color a una estancia. Muchos de los elementos que forman parte del hogar son prácticos y decorativos. Pero la belleza natural también tiene un gran valor, aunque su aportación sea principalmente estética.
Flores, plantas y ramas se disfrutan visualmente. Y potencian la calma y la tranquilidad en la vivienda porque nutren la conexión con el paisaje.
5. Agradece y valora lo más importante: la sensación de estar en casa
Un espacio de ensueño destaca por su atractivo visual. Pero cada hogar es especial, más allá de la estética, por los momentos y vivencias que añaden significado emocional a la decoración. Los muebles adquieren una nueva perspectiva cuando se integran en la historia de una vivienda. Pues bien, alimenta la atención plena en la rutina cotidiana.
Mira a tu alrededor, conecta con el entorno y cultiva la gratitud. No busques la perfección en la decoración del hogar. No compares el espacio que te rodea con un escenario ideal.
6. Dedica tiempo a impulsar pequeños cambios y mejoras en la vivienda
Aquellas acciones que influyen positivamente en tu hogar, mejoran tu propio bienestar. Cuando te implicas en la consecución de pequeños objetivos decorativos, pones tu atención en metas que son viables. Experimentas la satisfacción de los resultados y el aprendizaje adquirido durante el proceso. Observa el potencial de tu propio hogar y disfruta de cada novedad que se integra en el contexto.
¿Cómo conectar con la decoración de tu casa? Pon atención en una de las partes más importantes de la vivienda: el recibidor. Elige una composición que te aporte una feliz bienvenida.