Los puffs son unos accesorios decorativos cuyo origen lo encontramos en Oriente Medio. Es aquí donde, desde hace siglos, se emplean este tipo de asientos para poder comer casi a ras de suelo. Este elemento ha ido evolucionando con el paso de los años para adaptarse a la decoración más actual y ahora encontramos puffs con multitud de diseños diferentes e incluso con usos alejados de los originales.
En cualquier caso, vamos a ver algunas ideas que te ayudarán a decorar tu casa con puffs. No solo los vas a poder emplear para sentarte, sino que también vamos a ver qué otras utilidades puedes darle a este pequeño y funcional mueble y de qué materiales pueden estar confeccionados.
Puffs de crochet
El crochet es un material muy versátil que podemos introducir en la decoración de muchas formas diferentes. Y mira qué bonito queda en los puffs. Puedes jugar con los colores y con los diseños para crear un bonito, práctico y decorativo asiento auxiliar al que puedas dar usos distintos.
Puffs para distintos estilos decorativos
Si nos basamos en el origen de los puffs la decoración ética será una de las más indicadas para utilizar este accesorio decorativo. Sin embargo, debido a su versatilidad y a los diferentes diseños, formas y colores que se pueden emplear va a quedar muy bien en prácticamente cualquier estilo decorativo.
Un puff como mesita de centro
El uso más frecuente que damos a estos puffs suele ser el de apoyar los pies o el de convertirse en un asiento extra. Pero también lo puedes convertir en un mueble auxiliar como, por ejemplo, una mesita de centro.
Tocará elegir un diseño sólido con la parte de arriba más bien recta para evitar que las cosas que pongas encima se caigan. Tu salón tendrá una decoración muy especial y original y, si quieres, cuando no lo estés empleando de mesa, puede volver a convertirse en un asiento.
Una mesa auxiliar muy decorativa
Siguiendo un poco esta línea ahora te propongo que emplees tu puff como mesita auxiliar. En este caso, lo puedes poner en un rincón especial que quieras destinar a la lectura, por ejemplo, y así sobre él puedes dejar apoyados tus libros o esa taza de té que te tomas mientras te relajas.
Un puff en el dormitorio
Como elemento puramente decorativo el puff en el dormitorio queda de maravilla. Puedes poner uno o incluso varios al pie de la cama, de crochet, de cuero o del tejido que más te guste y con la forma que prefieras. En un momento dado en el que necesites sentarte puedes usarlo como punto de apoyo y, mientras, decorarán la estancia de una forma especial.
Puff flexibles tipo pera
El puff tipo pera es uno de los más típicos pero me gusta muchísimo y, además, sentarse en él es muy cómodo. Si optas por uno con un tamaño grande vas a poder disponer de un asiento extra de lo más confortable. Quedan muy bien en un salón nórdico o moderno, por ejemplo.
Puedes jugar con los colores y si la decoración base es, digamos, muy neutra, colocar un puff en un color muy llamativo y vibrante para que se convierta en punto focal de la estancia.
Puff con patas o directamente sobre el suelo
En el mercado encontrarás una amplia variedad de diseños de puffs. Pueden tener patas o ir directamente sobre el suelo, pueden ser redondos, cuadrados o rectangulares, rígidos o flexibles… ¿Te animas a colocar alguno en tu salón o dormitorio? Ya verás cuántas posibilidades tiene este accesorio y cómo te ayuda a vestir tus habitaciones con un toque único.